ElPensador.io.- Dieciséis militares venezolanos que se habían rebelado contra el régimen de Nicolás Maduro y que se encontraban asilados desde hacía siete meses en la embajada de Panamá en Caracas, lograron salir de Venezuela y llegar a Estados Unidos, en una odisea que contaron a la agencia Associated Press y que fue reproducida por el diario Nuevo Herald de Miami. Los líderes del grupo se mostraron decepcionados de algunos líderes, como el ministro de Defensa, quien se habría comprometido con ellos a abandonar a Maduro.
“Durante siete meses, con los nervios de punta, durmieron de día en una estrecha habitación sobre el piso frío, pasando las noches rezando, levantando pesas hechas con jarrones de agua y viendo por la ventana de la misión diplomática, temerosos del espionaje oficial”, señala el reportaje.
Dos líderes del grupo, los tenientes coroneles Illich Sánchez y Rafael Soto, estuvieron al frente de un intento de alzamiento contra Maduro el pasado 30 de abril, que incluyó la toma de una base militar y la liberación del líder de oposición Leopoldo López. Dijeron que habían logrado salir desde la sede diplomática en grupos pequeños y que tuvieron el apoyo de docenas de soldados de rangos bajos y sus comandantes.
“Salimos de Venezuela, pero nuestra lucha para restaurar la democracia sigue”, dijo Sánchez en entrevista con AP.
Sánchez, de 41 años, fue comandante de una guarnición de unos 500 guardias nacionales responsables de proteger dependencias públicas en Caracas, inclusive el palacio presidencial Miraflores y la sede del Tribunal Supremo. Soto, de 43, estuvo por un tiempo asignado a la policía política SEBIN, comandando un equipo de 150 agentes con órdenes de espiar contra opositores.
Los dos militares, amigos desde hace años, cuentan que se sentían más y más frustrados por el colapso de la economía venezolana y empezaron a tramar en secreto un intento de derrocar a Maduro. Eventualmente establecieron contacto con la oposición, incluso con el presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaidó, quien es considerado el presidente legítimo de Venezuela por muchos venezolanos, además de Estados Unidos y otros 60 países, dice el Nuevo Herald.
El 30 de abril, asombraron a Venezuela al aparecer con tanques y efectivos fuertemente armados en un puente en el este de Caracas al lado de Guaidó y Leopoldo López, a quienes liberaron de un arresto domiciliario que consideraban ilegítimo.
“Cuando fui hablar con mi tropa a las 2 a.m. y les dije que íbamos a liberar a Venezuela algunos quebraron en llanto. No lo podían creer pero estaban comprometidos desde el primer momento”, recuerda Sánchez, en su entrevista con la AP, quien como parte de su responsabilidad como guardia en la Asamblea Nacional con frecuencia tenía que comunicarse con legisladores de la oposición.
Sin embargo, se sienten defraudados por allegados de Maduro, entre ellos el presidente del Tribunal Supremo Maikel Moreno y el ministro de defensa Vladimir Padrino, quien según dicen incumplieron su promesa de abandonar a Maduro. Tanto Moreno como Padrino han reiterado su lealtad a Maduro.
En la confusión que siguió a la fallida rebelión, los militares buscaron protección en la parte trasera de motocicletas, sacándose sus uniformes y tocando las puertas, inicialmente sin respuesta, de varias embajadas.
En medio del caos, López llamó al presidente panameño Juan Carlos Varela, quien inmediatamente se puso a su lado y garantizó su entrada a la embajada. La sede diplomática, en un alto edificio de oficinas ocupado por empresas estatales y contratistas del gobierno, se convirtió en su hogar los siguientes siete meses. Ambos militares venezolanos agradecieron al personal de la embajada y al pueblo panameño.