Por Hugo Cox.- Chile hoy vive en dos momentos históricos, por lo tanto con dos tiempos históricos distintos. Por una parte la asamblea constituyente cuyo objetivo es delinear el país que viene y elaborar el nuevo contrato social cuya implementación tomara tiempo para que entre en pleno régimen. El riesgo que corre esta dado en que esta discusión sea constantemente contaminada por la elección presidencial y los conflictos del Chile actual.
Sin olvidar que los movimientos sociales son fuente de cambio, pero corren el riesgo que se agoten, que se cansen y no permitan establecerse como movimientos políticos que permitan establecer una estabilidad, esto mismo nos lleva a la pregunta de fondo ¿Los constituyentes en su mayoría tendrán conciencia que son parte de un todo demasiado complejo?
La respuesta es incierta porque en el plano del hoy Chile no supera su crisis aún más esta se ahonda, generando una gran frustración en la ciudadana por sus futuro inciertos ya que las fuentes de empleo disminuyen, los jóvenes con educación deficiente producto de la pandemia, crisis de las pequeñas y medianas empresas, crisis de los emprendimientos, dudas de la ciudadanía con respecto a la solución en el corto plazo de la educación la salud las pensiones… En síntesis crisis de ingresos.
A eso debemos agregar los miles de duelos no realizados, ante esta situación nadie tiene la solución mágica, por lo tanto se debe sumar en la construcción de soluciones que den ciertas certezas ante futuros tan líquidos, por lo tanto los acuerdos son vitales nadie sobra para construir el país que viene, en que sirios y troyanos están de acuerdo que Chile necesita cambios en su economía en forma urgente, para esto la izquierda debe dejar atrás la vocación de división y entender que debe buscar la unidad con la centro izquierda cristiana y laica, no es tiempo de los maximalismo, es tiempo de los acuerdos mínimos para salir del conflicto actual en que el gobierno llevo al país (Hoy un gobierno que no gobierna y que, por ejemplo tuvo que retirar el decreto que le quitaba fondos a los nuevos gobiernos regionales).
Espero que, posteriormente a las elecciones primarias, se dé inicio a conversaciones para salir del marasmo y lo ocurrido que han sido como un elemento episódico de la historia. Junto a un acuerdo programático se debe elegir un parlamento que de gobernabilidad por que el nuevo gobierno tendrá dos tareas gigantes una que dice relación a poner un país en marcha y a su vez implementar el nuevo contrato social que salga aprobado en el plebiscito de salida en un año más.
Y la constitución, si bien debe contener los sueños del país, y no de unos pocos, deben ser cumplible y no quedar en letra muerta para que tengamos que empezar de nuevo habiendo perdido un tiempo valioso. En síntesis, el nuevo texto constitucional debe dar cabida a otras miradas entendiendo que estas miradas son temporales y se agotan como la historia se encarga de demostrarlo constantemente.
El país podrá caminar en este camino lleno de baches, y con problemas complejos, por eso se necesita una unidad de todos los sectores progresistas que recuperen la dignidad y la ética como elementos fundantes de la nueva república que está por nacer. Estos son mis sueños.