Equipo ElPensador.- Ecuador está convulsionado por la orden de captura internacional que se ha dictado contra su ex Presidente, Rafael Correa, por su implicación en el secuestro del parlamentario opositor, Fernando Balda.
El caso fue considerado un “crimen de Estado” por la jueza que lleva el caso, quien el pasado 18 de junio había determinado la citación de Correa ante el tribunal cada 15 días. Ayer, sin embargo, revocó esas medidas cautelares y dispuso la prisión preventiva de Correa, emitiendo una orden de captura internacional a la Interpol.
Esta medida la dictó luego que el ex Mandatario desobedeció la orden de presentarse ante el magistrado y solo se presentó ante el consulado de Ecuador en Bruselas, ciudad en la que reside hace un año.
Correa calificó la decisión judicial, que busca su extradición, como “un grave atropello a la justicia” y a sus derechos. “Buscarán humillarnos y hacernos pasar un mal rato, pero una monstruosidad así jamás prosperará en un Estado de derecho como Bélgica”, dijo en Twitter.
De acuerdo con el diario El País de España, Correa considera que su vinculación en el secuestro de Fernando Balda, en Bogotá en 2012, es una persecución política y, por eso, había anunciado días atrás que estaba estudiando la posibilidad de pedir asilo en algún país amigo. Su abogado defensor recalcó esa idea y señaló que “no se trata de hacer justicia, sino de hacer venganza. No se ha respetado el debido proceso y se han violado todas las garantías”.
La implicación de Correa, según las investigaciones judiciales, se basan en que habría estado en la cima de una cadena de decisiones que llevaron al secuestro de un político de oposición, y se habría usado dinero público como pago. Balda había sido previamente condenado por calumnias contra el ex Mandatario y estaba prófugo de la Justicia en el país vecino. De acuerdo con la instrucción del caso, desde el Gobierno se ordenó capturarlo pese a que se encontraba fuera de la jurisdicción nacional. El vehículo en que había sido secuestrado fue interceptado por la policía colombiana y Balda fue extraditado a Ecuador para cumplir hasta dos años de condena.