ElPensador.io.- Una nueva baja registró el Frente Amplio, luego que se anunciara que el Partido Pirata -organización orientada a impulsar el uso de plataformas para una democracia directa y fomentar propuestas que busquen disminuir la desigualdad económica, social y política- dejará la coalición debido al acuerdo por una nueva Constitución que algunas colectividades firmaron el gobierno.
De acuerdo con la declaración, «el estallido social y su terremoto político han impactado notoriamente a este proyecto, en particular sus equilibrios, acuerdos e identidad. El acuerdo por la paz firmado en el Parlamento por representantes del Gobierno, Convergencia Progresista, el Partido Liberal, Revolución Democrática, Comunes y Gabriel Boric fue un golpe al Frente Amplio. Esto significó que una parte de los partidos que componen el conglomerado selló un acuerdo con el duopolio político tradicional de Chile, debilitando la confianza que se había forjado entre nosotros. En particular, lo que consideramos el aspecto más divisorio es que existe una parte del colectivo que busca otorgar más poder al Parlamento y quienes insisten, como nosotros, en la deliberación ciudadana y popular».
«Ante esta realidad, consideramos que la propuesta política democratizadora y diversa que hizo el Frente Amplio está superada; al reducirse significativamente el número de miradas que aportaban a la lectura de la sociedad que la colectividad podía ofrecer. Continuar en esta coalición, en su estado presente, conlleva una cesión de nuestra identidad como Partido Pirata que no podemos permitir. Por esto, los y las piratas hemos decidido, tras un proceso de reflexión interna, dejar definitivamente el Frente Amplio».
A continuación, la declaración completa del Partido Pirata:
Desde los inicios del estallido social los y las cofrades del Partido Pirata de Chile hemos apoyado las demandas de la ciudadanía, defendiendo la soberanía popular y la democracia directa como medio para hacer realidad la voluntad de los chilenos y chilenas, y opuesto a la conducción autoritaria, abusiva, ilegal y deshonesta del gobierno encabezado por Sebastián Piñera.
Hasta ahora hemos trabajado junto a partidos, organizaciones e independientes como parte del Frente Amplio, porque compartimos una visión de país y el objetivo de establecer una nueva forma de hacer política donde el poder está en la gente, con un Estado y las instituciones que lo componen a su servicio, priorizando el bienestar de la mayoría.
En estos dos años hemos logrado grandes hitos que nos dan esperanza de que esa nueva política está llegando: El Programa de Muchos y el Primer Congreso del Frente Amplio son expresiones de la participación ciudadana de gran envergadura que sitúan a este proyecto político como uno de los más relevantes desde el fin de la dictadura.
Pero el estallido social y su terremoto político han impactado notoriamente a este proyecto, en particular sus equilibrios, acuerdos e identidad. El acuerdo por la paz firmado en el Parlamento por representantes del Gobierno, Convergencia Progresista, el Partido Liberal, Revolución Democrática, Comunes y Gabriel Boric fue un golpe al Frente Amplio. Esto significó que una parte de los partidos que componen el conglomerado selló un acuerdo con el duopolio político tradicional de Chile, debilitando la confianza que se había forjado entre nosotros. En particular, lo que consideramos el aspecto más divisorio es que existe una parte del colectivo que busca otorgar más poder al Parlamento y quienes insisten, como nosotros, en la deliberación ciudadana y popular.
Posteriormente, otro hecho que agudiza la situación ocurrió cuando parte de la bancada parlamentaria del Frente Amplio se cuadró con la gestión de Sebastián Piñera en criminalizar la protesta social en nombre del combate a los saqueos. La desconexión con las bases del conglomerado y la parlamentarización de sus líderes ha provocado un daño definitivo a las confianzas antes logradas.
Lamentablemente, con las deliberaciones posteriores que se llevaron a cabo al interior de cada orgánica y espacio territorial y sectorial, no fuimos capaces de construir un diálogo en pos de preservar y rescatar colaborativamente el proyecto.
Ante esta realidad, consideramos que la propuesta política democratizadora y diversa que hizo el Frente Amplio está superada; al reducirse significativamente el número de miradas que aportaban a la lectura de la sociedad que la colectividad podía ofrecer. Continuar en esta coalición, en su estado presente, conlleva una cesión de nuestra identidad como Partido Pirata que no podemos permitir. Por esto, los y las piratas hemos decidido, tras un proceso de reflexión interna, dejar definitivamente el Frente Amplio.
Nos vamos recogiendo lo positivo que tuvo el proyecto, y con la responsabilidad de seguir adelante con sus ideales, los cuales defendimos y mantuvimos fuertemente durante nuestra estancia, por lo que lo consideramos parte nuestra también. Las enseñanzas e ideas del Programa de Todos, el Congreso, el rol de los territorios y los integrantes y adherentes de base son aspectos que nos siguen moviendo y con los que seguiremos trabajando.
Los pilares piratas de democracia directa, la promoción de las virtudes de la tecnología para la sociedad, la calidad legislativa y jurídica, y la política al servicio de la ciudadanía seguirán rigiendo nuestra ruta, ahora concentrados en contribuir democrática y críticamente al proceso constituyente.
Nuestro objetivo es seguir trabajando con la ciudadanía a través de organizaciones e independientes para que en la Convención Constitucional del próximo año esté representado un mayor número de la ciudadanía, tanto en deliberaciones de cabildos locales que deben integrarse al proceso, como en el órgano redactor. Todo esto para que los ejercicios democráticos de diciembre de 2019 y abril de 2020 se vuelvan la regla y no solo una excepción en nuestro país.