El académico Hugo Cox da luces sobre los factores que llevan a las democracias a su extinción. La polarización, la desigualdad y la incapacidad para administrar las crisis son elementos a tener en cuenta.
Por Hugo Cox.- Las democracias tienden a su muerte cuando en un país se desencadena una crisis que el sistema político no puede procesar. Y si hilamos fino, Chile vive una crisis de a lo menos 17 años, tomando como punto de partida la crisis del año 2011.
Algunas variables o factores que hacen pensar en un riesgo para la democracia chilena y en la corrosión de sus fundamentos.
- La desigualdad, que genera descontento social y político. Si el sistema político no la aborda respondiendo a las preocupaciones de la sociedad, puede debilitar la estabilidad de la democracia.
- El autoritarismo. En algunos casos, líderes autoritarios o regímenes totalitarios pueden socavar gradualmente las instituciones democráticas, restringir las libertades civiles y eliminar la oposición política. Esto puede conducir al colapso de una democracia (como el caso de Nicaragua).
- La polarización política. La polarización extrema y la división en la sociedad pueden dificultar la capacidad del sistema democrático para tomar decisiones efectivas y promover el consenso. La falta de compromiso y la incapacidad para encontrar soluciones comunes pueden debilitar una democracia.
- Las crisis económicas y sociales. Los períodos prolongados de recesión económica o crisis social pueden aumentar la inestabilidad política y crear un ambiente propicio para la erosión de la democracia, ya que la población busca soluciones rápidas a sus problemas.
- El debilitamiento de instituciones. Si las instituciones democráticas, como el Poder Judicial o los medios de comunicación, son cooptadas o debilitadas por actores políticos, se reduce la capacidad de control y equilibrio, lo que puede socavar la democracia.
- La falta de participación y apatía ciudadana. Cuando los ciudadanos dejan de participar activamente en el proceso político o se vuelven apáticos hacia la política, la democracia puede debilitarse. La participación ciudadana es esencial para el funcionamiento saludable de una democracia.
- La crisis de liderazgo. La falta de líderes políticos capaces y comprometidos con los principios democráticos puede poner en peligro la estabilidad de una democracia. Líderes ineficaces o corruptos pueden erosionar la confianza en el sistema.
- Intervención externa. La interferencia extranjera en los procesos democráticos de un país puede socavar la integridad de las elecciones y debilitar la confianza en el sistema democrático.
- La educación cívica deficiente puede llevar a una ciudadanía mal informada que no comprende plenamente los principios y procesos democráticos, lo que hace vulnerable la democracia ante la manipulación y la desinformación.
A partir de lo anterior podemos resumir en que para el caso de Chile -tal como lo explicita Steven Levitsky, coautor de “Cómo mueren las democracias” (académico de la Universidad de Harvard)- el quiebre de la democracia en Chile en 1973 era difícil de evitar ya que:
- Existía una alta movilización social.
- Había una polarización de fuertes dimensiones.
- En el plano internacional, Chile estaba inserto en la Guerra Fría y, por tanto, no escapaba a la polarización de los bloques mundiales.
Muchas de las variables planteadas más arriba están en pleno desarrollo y para evitar el desfondamiento una vez más de la democracia es imperativo en primer término comprender y entender por qué ocurrió.
La autocrítica debe abarcar a toda la izquierda y no, como ha sido hasta ahora, sólo a algunos sectores vinculados al socialismo democrático. La derecha no se puede quedar en una derecha anclada en el siglo XlX y gran parte del siglo XX, defendiendo a ultranza un inmovilismo. Se debe abrir en términos más pragmáticos a los cambios que la sociedad va haciendo suyos.
Quienes están en condiciones de comprender lo que significó la dictadura son aquellos que fueron víctimas del régimen militar, y los que vivieron y nacieron en ese período, por lo que pueden trabajar para que no ocurra un quiebre de la democracia.
Se debe convencer a las nuevas generaciones, que no tiene miedo porque no vivieron las violaciones a los derechos humanos y que sólo conocen la libertad, por lo que les cuesta entender por qué la democracia es frágil y hay que cuidarla y revitalizarla.
Este es un trabajo de todos los días y no de discursos para la galería.