Hugo Cox analiza los factores que provocan el desplome de los principales movimientos de izquierda woke en España y Chile, Podemos y el Frente Amplio.
Por Hugo Cox.- Hace poco, en una edición del diario El País se publicó una viñeta que tenía mucho sentido: “Zigmunt Bauman habla de la sociedad líquida, pero hizo agua”.
Existió un momento en la historia reciente de occidente en que explotó una serie manifestaciones y protestas con múltiples demandas que iban desde lo identitario a mejoras de los sistemas políticos y demandas económicas. Pero todas escondían un malestar profundo con la sociedad que se construía, y en cada país fue adoptando sus propias particularidades.
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Existen dos movimientos muy similares en dos países distintos que nacieron bajo esa égida: Podemos, en España; y el Frente Amplio, en Chile. Ambos se originan de la protesta contra lo que se estaba construyendo, y ambos -después de pocos años- empiezan una caída que cada vez complica más su existencia.
Hay una combinación de factores políticos, sociales y estratégicos que han contribuido a su declive.
En el caso de Podemos, tenemos divisiones internas y conflicto en los liderazgos que fue debilitando su cohesión interna y, por tanto, su efectividad; disputas en la dirección del partido; estrategias políticas y alianzas; así como diferencias ideológicas. Todo ello llevó a divisiones y la pérdida de dirigentes.
Por otra parte, en la medida que creció su popularidad y su visibilidad política, aumentaron las expectativas de sus seguidores y simpatizantes, y como no pudieron cumplir con ellas, se instala la desilusión y la pérdida de confianza.
Estrategia de coalición y compromisos políticos
La decisión de Podemos de formar parte de coaliciones políticas, como Unidas Podemos, pudo haber alienado a algunos de sus seguidores más radicales que preferían una postura más independiente y combativa.
Además, los compromisos políticos y las concesiones necesarias en el contexto de las coaliciones podrían haber diluido la identidad y el mensaje original de Podemos.
No se puede olvidar que la dinámica política de España ha tenido y tuvo cambios significativos. En el periodo más activo de Podemos, surgen partidos como Ciudadanos y Vox, y la evolución del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el Partido Popular (PP) que alteran la competencia política.
Si bien es cierto que Podemos surge como respuesta a la situación económica y social, en la medida que la situación mejora, los problemas identificados inicialmente pierden vigencia y los partidos los abordan con mejor gestión.
Desafíos de comunicación y percepción pública
La forma en que Podemos se comunicó con el electorado y cómo fue percibido por la opinión pública también podrían haber contribuido a su declive. La gestión de crisis, errores de comunicación o percepciones negativas sobre la credibilidad y la coherencia del partido podrían haber erosionado su apoyo.
El caso es que, en Chile, el Frente Amplio vive un camino muy similar a Podemos en España. Veamos algunos factores que pueden explicar su devaluación:
1.- Divisiones internas y conflictos de liderazgo: Al igual que en otros movimientos políticos, el Frente Amplio enfrentó tensiones internas y disputas sobre las direcciones partidarias y de la coalición, las estrategias políticas y las alianzas. Diferencias ideológicas entre las diversas fuerzas que componen el Frente Amplio podrían haber dificultado la cohesión del movimiento y su capacidad para actuar de manera unificada.
2.- Desafíos de coalición y relación con otros partidos políticos: El Frente Amplio surgió como una coalición de partidos y movimientos de izquierda, pero su relación con otros actores políticos, incluidos partidos más establecidos, como la Concertación o la Nueva Mayoría, ha sido objeto de debate y conflicto. Las negociaciones y alianzas políticas pueden haber generado tensiones dentro del Frente Amplio y afectado su identidad y coherencia política.
3.- Desilusión de los votantes y electorado joven: El Frente Amplio atrajo a una parte significativa del electorado joven en Chile prometiendo un cambio político y social radical. Sin embargo, si no lograron cumplir completamente con estas expectativas o implementar sus propuestas de manera efectiva, algunos votantes pueden haberse sentido desilusionados, alejándose del movimiento.
4.- Percepciones públicas y campañas de desacreditación: La forma en que el Frente Amplio fue percibido por la opinión pública, así como las campañas de desacreditación por parte de otros sectores políticos o mediáticos, podrían haber influido en su popularidad y apoyo. La gestión de crisis, errores de comunicación o percepciones negativas sobre la credibilidad y coherencia del Frente Amplio podrían haber erosionado su base de apoyo.
5.-Contexto político y económico: La situación política y económica en Chile también ha jugado un papel importante en la crisis del Frente Amplio. La polarización política, la desigualdad socioeconómica y otros problemas estructurales en la sociedad chilena podrían haber afectado la capacidad del Frente Amplio para movilizar el apoyo popular y lograr sus objetivos políticos.
6.- Hastío del electorado: un discurso basado en identidades hipersegmentadas y posicionamiento woke los alejó de la realidad social y política y de las necesidades del electorado. En Chile, la reacción en las votaciones vinculadas a los procesos constitucionales evidencia ese alejamiento.
Estos son sólo algunos de los factores que podrían haber contribuido a la crisis del Frente Amplio en Chile. Y si lo comparamos con el Podemos de España tiene grandes similitudes, la interacción de varios factores complejos puede haber influido en esta situación.
Si bien es cierto que la situación en el Frente Amplio no termina de decantar. Lo sí comprobable es que la expectativas que género, no han podido ser cumplidas, y en el gobierno se palpa que es el socialismo democrático el que la le da sustentación ante a la actitud voluntarista del Frente Amplio.