Que los representantes para la discusión y creación de una nueva Constitución para Chile provienen desde fuera de la orbita de los partidos políticos, fue la gran sorpresa de los históricos comicios de este fin de semana para elegir alcaldes, concejales, gobernadores y una Asamblea Constituyente. Los independientes alcanzaron a rasguñar un tercio de los puestos (48 escaños), en unas elecciones en las que los partidos políticos quedaron casi fuera de juego. El total de independientes (Apruebo Dignidad, con 28 escaños, y Lista del Apruebo, con 25) supera los dos tercios de los 155 escaños de la Convención, que finalmente contará con 17 cupos reservados para los pueblos indígenas y tendrá paridad entre hombres y mujeres, algo inédito en el mundo.
Hitos generacionales, de representación y de la agenda feminista son las principales lecciones de este proceso que, a su vez, es evidencia de la bajísima aceptación y declive de los partidos tradicionales, explica el sociólogo Raúl Zarzuri. «Hay un tremendo golpe a la política tradicional que se construyó sobre estas premisas de la administración sin conexión con la vida cotidiana y la ciudadanía. Cae la fronda aristocrática de la política chilena que nos gobernó desde la dictadura y que ya no representa nada», señala.
Esa desconexión entre los partidos políticos tradicionales y ciudadanía se refleja en la alta votación entregada a las candidaturas independientes y a la Lista del Pueblo, esta última emergida de liderazgos y movimientos sociales y territoriales, particularmente a partir de las revueltas estudiantiles, feministas y del estallido social de 2019.
«Por ello la Lista del Pueblo introduce un elemento de reflexión a la izquierda», dice Zarzuri, y añade que «se trata de una lista que es de bases, de construcción. Se ubica más a la izquierda, en muchos casos, que la izquierda tradicional. Vemos que hay un desplazamiento hacia una nueva izquierda», dice ante datos contundentes en ese sentido, con un triunfo claro de las candidaturas independientes y del Frente Amplio, donde se observa una nueva forma de entender la política.
Por ello la reciente votación es coherente con esas demandas y con el porcentaje de votación de la opción Apruebo, sostiene el académico de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. «La gente votó en correspondencia con la votación con el plebiscito y muy en conexión con la revuelta del 18 de octubre. En ese sentido, los y las asambleístas representan mejor el Chile de hoy que la Cámara de diputados y el Senado. Chile está bien representado en la Asamblea y esta representa mejor lo que es la sociedad de Chile hoy, y eso es sumamente importante». Uno de los elementos significativos en esa representación es el alto número de mujeres elegidas. «De hecho, hay varios hombres que logran entrar solo por la paridad», dice Zarzuri.
También destaca Zarzuri el cambio generacional en cargos de poder que se produce tras estas elecciones. «Es una nueva generación, personas que en promedio tienen menos de 45 años. Son personas que encabezaron los movimientos estudiantiles y sociales, poniendo temas de país, que hoy logran cuajar en diferentes movimientos y partidos de la izquierda. Logran hacerse un espacio que se tomaron, que no les fue regalado y tienen estos logros».