ElPensador.io.- El paso atrás que dio el gobierno de Chile frente a la firma del acuerdo medioambiental de Escazú se explica por la proximidad de la reunión entre el Presidente Sebastián Piñera y el mandatario de Estados Unidos, Donald Trump.
Como ya hemos señalado antes, no se trata de un encuentro protocolar. Se trata de una instancia en la que se revisará el cumplimiento de una serie de compromisos y exigencias, incluyendo el Tratado de Libre Comercio (TLC), frente al cual Trump ha sido muy crítico.
El Acuerdo de Escazú, que se comenzó a tramitar durante el primer gobierno de Piñera, fue promovido por Chile y nuestro país tuvo un destacado rol en el involucramiento de otros países de la región. Es una instancia internacional que promueve el acceso a los derechos de las personas en materia medioambiental: acceso a la información, participación pública y un sistema de justicia medioambiental. Nuestro país, además, ocupa la vicepresidencia del Acuerdo, que se iba concretar precisamente hoy 27 de septiembre en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
La suspensión de la participación chilena, además de ser un revés diplomático severo, se explica por la fuerte presión de Washington. El Informe de Estados Unidos sobre el clima para los Negocios en Chile de julio pasado es preclaro en el análisis:
“Chile no ha cumplido plenamente con sus obligaciones de Propiedad Intelectual establecidas en el TLC entre los Estados Unidos y Chile. Las reformas lanzadas por la anterior administración de centro-izquierda también han aumentado la complejidad y los costos para cumplir con los impuestos corporativos y los regímenes laborales”.
Pero la crítica no se queda ahí y señala también a “los procesos de permisos ambientales, los requisitos de consulta indígena y los procedimientos judiciales son cada vez más impredecibles”, puntos que enfatizaba todavía más el Acuerdo de Escazú.
“Las comunidades pueden ser hostiles a los grandes proyectos de inversión y son expertos en utilizar el sistema judicial y los requisitos obligatorios de consulta indígena para obstruirlos”, dice el informe.
Junto a esto, está la aguda crítica de Estados Unidos por la desprotección de la Propiedad Intelectual en Chile, y que mantienen a nuestro país en la Lista de Alerta Prioritaria 301 (USP) de EEUU.
El “marco (legal) de Chile para promover acciones contra la piratería satelital , así como la protección de secretos comerciales, se ha considerado insuficiente por los interesados privados. Los productos farmacéuticos y agroquímicos adolecen de procedimientos de patentamiento relativamente débiles, la ausencia de un mecanismo efectivo de aplicación y resolución de patentes, y algunas lagunas en la regulación que gobierna la protección de datos. Recientemente han surgido desafíos adicionales en la industria farmacéutica, en particular la Resolución 398 firmada en marzo de 2018, que otorga licencias no voluntarias para el medicamento contra la hepatitis C Sofosbuvir, patentado en Chile, por razones de salud pública”.
En este marco, el aparente “distanciamiento” de Piñera frente a la insinuación de Trump en torno a una intervención militar en Venezuela es solo una estrategia comunicacional para mitigar una situación que, a todas luces, significa ceder en posiciones clave para mantener una relación comercial.