Por Catalina Maluk Abusleme.- La llegada de marzo, un mes que de suyo representa ajetreos, no solo por el término de las vacaciones, sino también por el inquieto reinicio de actividades a todo nivel después de una pandemia que parece ir en retirada, pareció reponer un excesivo aprecio por la presencialidad. Queda la sensación de que la pandemia y el arribo del teletrabajo no fueron suficientes para instalar esta tendencia…