Por José María Vallejo.- Póngase usted en los zapatos de los padres de un bebé, niño o adolescente violado y asesinado. ¿Se quedaría tranquilo solo con la reclusión del culpable? Es una pregunta que me ha rondado con la publicidad de los casos de la pequeña Sophía, en Puerto Montt, y de Ámbar, en Los Andes, y la respuesta plantea un cuestionamiento profundo a la noción de justicia que tenemos.…