La calidad periodística, la seriedad, la verificación de los datos obtenidos, el análisis periodístico, están ausentes en la entrega informativa en televisión, afirma Juan Medina Torres.
Por Juan Medina Torres.- Ryszard Kapuscinsky, periodista y escritor polaco, en un artículo titulado “¿Acaso los medios reflejan la realidad del mundo?”, dice que “en muchos países, particularmente en América Latina y África, la única función de la televisión es la de entretener”. Es decir, distraer y divertir.
De acuerdo con lo anterior, la televisión chilena entretiene, distrae y divierte, transformando cada uno de sus segmentos en espectáculo. Inclusive los noticieros centran su enfoque en la espectacularización, dejando de lado lo realmente importante en favor de un info-entretenimiento que proporciona mejores resultados en el rating y les posibilita tener, cada vez, más publicidad. Los noticieros nacionales, de una hora de duración, tienen más de veinte minutos de publicidad.
¿Están satisfechos los chilenos con la televisión?
La 10ª Encuesta Nacional de Televisión realizada por el Consejo Nacional de Televisión, en 2021, dio cuenta de un descenso en el nivel de satisfacción de los televidentes. Mientras en 2017, un 42 por ciento de los encuestados declaraba estar “muy” o “bastante satisfecho”, en 2021 esto disminuyó al 24 por ciento y, por primera vez, las redes sociales la igualan como fuente informativa, con un 70%. Es un alza significativa si se compara con el 26% registrado en 2017. Le sigue la radio con un 46 por ciento.
En cuanto al nivel de confianza, la televisión se posiciona como el medio de comunicación con el nivel de confianza más bajo: sólo el 23 por ciento de los televidentes confía en lo que se transmite. La radio es el medio más favorecido alcanzado un 69 por ciento de confianza. Un hecho importante a destacar en esta medición es que las redes sociales alcanzan un 40 por ciento del nivel de confianza.
Otras cifras preocupantes de esta encuesta indican que el 88 por ciento de quienes se informan a través de los canales de TV abierta perciben que en los noticiarios “hay ciertas noticias que no se dan a conocer”; un 82 por ciento cree que en estos espacios “se aprovechan del dolor humano”; el 70 por ciento declara que “se presentan noticias de manera superficial”; y un 78 por ciento, que “se cargan hacia un lado de la política”.
Estas cifras le indican a la industria de la televisión abierta los cambios registrados en la audiencia donde los públicos están siendo más activos que pasivos, y su función no debe abocarse sólo a la entretención y a la distorsión de la información.
Lo observado da cuenta que la calidad periodística, la seriedad, la verificación de los datos obtenidos, el análisis periodístico, están ausentes en la entrega informativa en televisión… ¿con qué resultado?