Equipo ElPensador.io.- Otros dos obispos chilenos salen de sus cargos hoy, luego que el Papa depusiera al hasta ahora ex arzobispo de Rancagua, Alejandro Goic, y al prelado a cargo de Talca, Horacio Valenzuela.
Así, el Pontífice aceptó el gesto de los pastores que habían puesto su cargo a disposición luego de sendos encuentros con las víctimas del sacerdote Fernando Karadima y luego con la totalidad de la curia chilena, instancias en las que el Papa lanzó agudas críticas al manejo del caso, acusando incluso de ocultamiento de información.
Valenzuela estaba ya en la mira debido a las denuncias de las víctimas de Karadima en torno a que el obispo pertenecía a la red de apoyo del sacerdote abusador y fue formado por él.
Goic, en tanto, que fue el rostro de la Conferencia Episcopal por muchos años, cayó en desgracia luego de conocerse que sabía de una serie de denuncias en torno a abusos sexuales en la diócesis de Rancagua, integrada por un grupo de religiosos que se hacían llamar “la Familia”, y que no investigó ni castigó la situación pese a conocerla.
Tras saberse esto, Goic dejó la presidencia del Comité de Protección de Abusos Sexuales de la Conferencia Episcopal.
Igual como en las remociones anteriores, el Papa no nombró obispos en las diócesis y las dejó vacantes, sólo con administradores apostólicos, dando cuenta de que los movimientos y la reestructuración de la Iglesia Católica chilena todavía está en operación.
Los interinos en Rancagua y Talca, por ahora serán dos obispos auxiliares de Santiago, Fernando Ramos, Galo Fernández, dos nombres que suenan fuerte en el Vaticano para asumir mayores responsabilidades en el marco de la reestructuración.