Por Juan Medina Torres.- José Antonio Kast es un político que vive en el siglo XXI, fundador del movimiento Acción Republicana. Jorge González Von Marées es un político que vivió en el siglo XX, fundador del Movimiento Nacional Socialista de Chile.
Daniel Mansuy, columnista de El Mercurio, describe a José Antonio Kast como un político con “un talento que escasea entre nuestros políticos. Tiene, además, un sentido de misión que en política suele ser decisivo. En efecto, su estrategia juega en el largo plazo, en la medida en que su objetivo final no es llegar a la Presidencia, sino influir. Para lograrlo, no tiene ninguna necesidad de convencer a la mitad del electorado, pues le basta con acercarse a los veinte puntos, y convertirse así en un fenómeno incómodo y difícil de procesar”.
Desde luego, agrega Mansuy, “nada de esto quita que el fenómeno tenga una dimensión patológica que no deberíamos pasar por alto”. “Después de todo, Kast va cediendo cada vez más a la tentación de extremar sistemáticamente su discurso. La espiral es interminable, y no tiene final feliz, porque la provocación llama a la provocación. Aunque la tecla funciona, es algo perversa”.
Emiliano Valenzuela, en su obra: La Generación Fusilada” Memorias del nacismo en Chile (1932-1938)” de Editorial Universitaria, dice sobre González von Marées. “La imagen mística del caudillo logró establecerse con coherencia en su entorno, por ejemplo en la performance con la que González manejaba su actuar dentro del movimiento. Era contrario al comunismo y a las arbitrariedades del gobierno de derecha de esa época. Los motivos de adhesión al movimiento nacional socialista se centraban en sus planteamientos sociales y espirituales en su discurso de convertirse en censor de las clases adineradas, de combatir el capitalista parasitario, etc. El Movimiento Nacional Socialista si bien planteaba romper con los vicios políticos de pasado – dice Valenzuela -, se ofrecía como una idea renovadora en cuanto al hacer política, era también la reoferta de un viejo discurso conservador”.
En este paralelismo de personajes separados casi por un siglo, también podemos ver similitudes desde el punto de vista político.
En efecto, en las décadas del 20 al 40, Chile experimenta significativos procesos económicos, sociales y políticos, que dan origen a diversos movimientos que se expanden a lo largo y ancho de nuestro territorio. Gran parte de la población se sintió engañada por políticos ambiciosos.
Hoy las propuestas de una clase política desacreditada tampoco satisfacen las expectativas de progreso y desarrollo de la población y el uso de las banderas sociales cambian de mano con la aparición de nuevas fuerzas sociales. En este contexto, no es extraño que surjan hoy, al igual que ayer, políticos populistas que tensan al máximo el ambiente político con planteamientos nacionalistas con el propósito de luchar contra la anarquía y el deshonor.