Por Juan Medina Torres.- Tras el último temporal vimos caídas de árboles, pasos bajo nivel y avenidas anegadas, congestiones de tránsito, semáforos apagados, cortes de energía. Fueron parte de los problemas que tuvieron que soportar los habitantes de la Santiago.
La Intendenta de Santiago Carla Rubilar, culpó a Meteorología de los efectos registrados por las lluvias: ”Hemos manifestado a la Dirección Meteorológica nuestra preocupación por la calidad y la oportunidad de los pronósticos. Llovió el triple de lo que se había informado”, declaró la Intendenta.
Cabe preguntarse, ¿las personas que sufrieron los trastornos en las calles, la falta del suministro eléctrico, el anegamiento de un sector del camino a Melipilla por el desborde del canal Lo Espejo, que produjo retraso de hasta tres horas en el desplazamiento de los buses hacia el centro de la Capital, los anegamientos de los pasos bajo nivel en Matta-Viel, en Santiago, y Lo Ovalle, en La Cisterna; el sector de calle Antofagasta, en Lo Espejo; Regina Gálvez, en San Bernardo, y Ossandón, en Pedro Aguirre Cerda, etc., quedaron conformes con las declaraciones de la Intendenta?
Pienso que no, porque las explicaciones no muestran una intención de solución de los problemas que al margen de modernizar la Dirección de Meteorología, requieren de voluntad de gestión de varios actores para solucionar los anegamientos de los pasos bajo nivel.
Es necesario que la asociación de canalistas adopte medidas de prevención de sus cauces, que las municipalidades limpien desagües de aguas lluvias, revisen las especies arbóreas susceptibles de caerse, las empresas eléctricas, agua potable, mejoren sus infraestructuras, etc.
O sea, adoptar medidas de prevención de crisis con una mirada de gestión integral y no quedarnos en explicaciones que no satisfacen al común de los habitantes.
Reitero, las autoridades frente a las crisis como la que comentamos, deben demostrar que tienen una responsabilidad social con la comunidad, que ejercen un liderazgo, pero al mismo tiempo deben dar confianza en la información que entregan. Por ello lo informado por la intendenta, carece de la credibilidad necesaria porque no genera las confianzas que permitan a la comunidad creer que el tema está siendo valorado responsablemente por el Gobierno, el cual busca una solución definitiva.
Las declaraciones muestran una reacción comunicacional, a la defensiva con juicios rígidos, desconociéndose que hoy la ciudadanía exige soluciones y no explicaciones.