Por Juan Luis Castro.- Mientras una ambulancia busca en una urgencia un cupo para ingresar a un paciente crítico con cuadro de Covid-19, la realidad de la última cama es carne hoy, no en manos de los médicos, sino de funcionarios que doblegan turnos para enfrentar la pandemia desde la primera línea, como lo han denunciados gremios, funcionarios y médicos tratantes.
Por cierto, el triunfalismo a causa de la exitosa campaña de vacunación, ha generado un falsa sensación de seguridad alentada por la misma autoridad sanitaria que debiese impulsar restricciones en la movilidad, pero que al contrario, pone a millones de chilenos en circulación a través de permisos de movilidad para los vacunados con más de dos semanas de inoculados con su segunda dosis.
Es difícil convencer incluso con las cifras y la evidencia científica en mano de las nefastas consecuencias que la propagación de la Covid-19, si el propio ministerio cae en la incongruencia de mandar a fuera a quienes se han vacunado, que por cierto, solo implica que la mortalidad del virus ha descendido en ellos, no así su nivel de contagio, y la mortalidad del resto de la población.
Luego, es menos entendible para buena parte de la población que la necesidad de mantenernos en casa con contacto restringido se debe genuinamente a razones sanitarias, sino más bien a segundas intenciones. Esto es, la necesidad política de un gobierno que está en el piso y que recurre a reducir derechos civiles como herramienta de control social. Creo que dicho argumento si es verídico, es deplorable.
Es hora que el Ejecutivo atienda las razones, las únicas válidas, llegados a este punto: las sanitarias, que evidencian que el futuro de los próximos meses serán duros e insoslayables para la mayoría desprotegida del país. En una ruta en cuyo horizonte se impone el frío en el contexto invernal, con su triángulo de mortalidad -frío, contaminación ambiental y saturación hospitalaria-, con lo cual, podemos llegar a generar tanto víctimas por Covid, como por crisis respiratorias.
Estamos alentando todos los vectores críticos para enfrentarnos al peor de los escenarios, por lo cual, se debe postergar las restricciones de movilidad vía Estado de Excepción, pero no sin que el Ejecutivo garantice que dicha atribución constitucional se ocupe de manera congruente y eficaz.
Las cartas están en la mesa y no son sugerencias partidistas, ni antojadizas, sino que la elaboración del Colegio Médico, recogiendo lo que sabemos hasta aquí del comportamiento del virus, el cual a nivel mundial se sigue estudiando, puesto que aún no conocemos todo acerca de sus consecuencias y manera de actuar.
Por lo mismo, si hay un objetivo al cual se debe responder es a llegar a Covid 0 en el país. Esta es la vía para salvar vidas y también, por cierto, recuperar de manera sustentable la vida cotidiana, de lo contrario estamos extendiendo innecesariamente la latencia y el rebrote, que nos llevará de cuarentena en cuarentena, o lo que es peor, hacer cotidiana la cifra de víctimas diarias, no solo por Covid -19.
Para ello, se requiere el compromiso explícito de los ocupantes de La Moneda, para transformar su plan Paso a Paso, y detener el uso del Pase de Movilidad, que se convertirá en una vía libre para el contagio, la saturación hospitalaria y el retroceso en la pandemia si no se atiende a la única intención que moral y técnicamente hacen posible en la arena política un apoyo legítimo al Estado de Excepción.
Juan Luis Castro es diputado PS, médico y miembro de la Comisión de Salud del parlamento