Por Patricio Hales.- Los puentes son gestos de oportunidades. Como el de Carlos Bombal que, en los 80, trasladó desde Loreto a Purísima esta estructura de mi croquis. Puente fabricado por “Schneider”, que hizo el del Malleco (y no Eiffel como creen algunos). Bombal marcó un gesto de urbanismo, lo que -tratándose de fierros- es políticamente menos complicado. Sin puentes fracasa la política.
Por eso me animaron los gestos iniciales del gobierno del presidente Boric. Pero, si bien todos los puentes son gestos, no todos los gestos son puentes.
El gesto del gobierno en la Araucanía requería puentes políticos para que no terminara tan mal. Es cierto que las palabras crean realidades pero la política es la acción. No bastan las palabras del Presidente, que yo aplaudo, diferenciando la abnegación de los carabineros de sus miembros corruptos, mientras varios dirigentes de su gobierno ya le reclaman públicamente contra esa institución. No basta su cercanía y admirable calidad humana, para lograr los cambios. La política necesita puentes para anticipar riesgos, generar compromisos, dialogar, buscar aliados, preparar las acciones con operadores políticos eficaces, rol que, por su antigüedad, algunos renovadores desprolijos e ineficaces, no parecen comprender. El Presidente parece querer construir puentes. Pero si él votó cuatro retiros de las pensiones, es natural la confusión que genera, hasta en sus propias filas, la negativa de su gobierno al quinto.
La voluntad política eficaz será la que factibilice los gestos y las palabras para los cambios que cierta derecha resiste.
Debemos ayudar a la Constituyente, porque faltan puentes y sobran gestos y oratoria entusiasta, para que la Constitución construya bases de comunidad para los cambios por verdadera justicia social y no un texto que satisfaga entusiasmos, ilusiones y enojos, por justos que sean.
(Croquis de Patricio Hales)