La falta de acción y respuesta de Vladimir Putin tras la sublevación del grupo Wagner en propias tierras rusas daría cuenta de una debilidad mayor a la pregonada desde el Kremlin, dice el periodista Juan Medina, a partir del análisis internacional de académicos, políticos y prensa.
Por Juan Medina Torres.- La sublevación del grupo Wagner, encabezada por Prigozhin, provocó un cambio en la narrativa sobre el poder político de Vladimir Putin y supone una amenaza para el Mandatario ruso. Así lo consideran diversos analistas internacionales.
Konstantine Eggert, corresponsal en los países bálticos y columnista sobre asuntos rusos para Deutsche Welle, opina que “Putin está debilitado por el miedo y la corrupción” y agrega que “tiene un problema ahora… parece que al menos algunas personas ubicadas en la parte superior de la pirámide de esta dictadura apoyaron el golpe, apoyaron a Prigozhin, y admitirlo sería admitir que Putin no controla su propio ejército”.
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Por su parte, Yekaterina Shulmann, politóloga rusa resaltó la ausencia de contramedidas por parte del ejército regular ruso tras la rebelión del grupo Wagner. «El ejército no defiende ninguna ciudad y tampoco vigila la frontera. Los habitantes de la región de Belgorod (fronteriza con Ucrania y escenario en los últimos meses de varios ataques orquestados por Kyiv) tienen mucho que decir al respecto. Las fuerzas del orden han preferido mirar hacia otro lado. Nadie ha dado un paso al frente para defender a las autoridades constituidas”.
Kirill Shamiev, miembro del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, dice que «no hay duda de que su poder está ahora debilitado. No hay duda de que mucha gente en todo el país, las élites, varios gobernadores, varias personas en los servicios de seguridad, probablemente se estén preguntando: si Prigozhin puede salirse con la suya, desafiando así al poder del Estado, ¿qué puedo hacer yo?».
Preguntas
¿Por qué Putin permitió a Prigozhin huir a Bielorusia? ¿Por qué no se ha castigado a los insurgentes? Y ¿cómo intenta Putin reafirmar su autoridad?
El Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) declaró que se archivará el caso contra Wagner, ya que «sus participantes detuvieron sus acciones directamente dirigidas a cometer un delito», lo cual es desconcertante, más aún cuando muchos esperaban que la respuesta de Putin fuera acorde a sus primeras declaraciones, en orden a “castigar a los traidores” porque la rebelión era “una puñalada por la espalda nuestro país y nuestro pueblo”.
¿Qué hará Putin Ahora?
Por ahora, parece que la táctica de Putin es esperar su momento antes de decidir cómo y cuándo castigar a Prigozhin, pero la demora puede dar una señal que de que Putin es más débil de lo que se pensaba, y que ahora quienes actúen -como hizo el líder del grupo Wagner- se pueden salir con la suya en muchas cosas.
«Muchos dentro de la élite culparán personalmente a Putin por el hecho de que todo haya llegado demasiado lejos y que no hubo una reacción adecuada del presidente a tiempo», escribió en Telegram la destacada analista rusa Tatiana Stanovaya.
El profesor y filósofo político ruso Grigory Yudin señaló que es demasiado pronto para considerar resuelto el conflicto entre Prigozhin y los dirigentes rusos.
«Sabemos lo que ha conseguido Putin (ha puesto fin a la sublevación), pero no sabemos lo que ha conseguido Prigozhin. Y Putin no estaba en posición de dictar nada a Prigozhin. Así que es probable que haya conseguido algo”.