Por Sergio Mattarella.- La paridad de dignidad social es la base para un desarrollo justo y efectivo. Las desigualdades no son el precio de pagar al crecimiento. Son más bien el freno de cualquier perspectiva de crecimiento. Nuestra tarea, como lo prescribe la Constitución, es remover los obstáculos. Junto a la dimensión social de la dignidad, hay un significado ético y cultural que concierne el valor de las personas y llama en causa la sociedad entera. La dignidad. Dignidad es poner en cero las muertes en el trabajo, que hieren la sociedad y la conciencia de cada uno de nosotros. Porque la seguridad del trabajo, de cada un trabajador, tiene que ver con el valor que damos a la vida.
Dignidad es oponerse al racismo y al antisemitismo, agresiones intolerables, no solamente hacia las minorías hechas objeto de violencia, física o verbal, sino a la conciencia de cada uno de nosotros.
Dignidad es impedir la violencia hacia las mujeres, profunda, inaceptable plaga que debe ser contrastada con vigor y sanada con la fuerza de la cultura, de la educación y del ejemplo.
Nuestra dignidad es interrogada por las migraciones, sobre todo cuando no somos capaces de defender el derecho a la vida, cuando negamos, de hecho, la dignidad humana de los otros. Es, sobre todo, nuestra dignidad que nos impone combatir, sin tregua, el comercio y la esclavitud de los seres humanos.
Dignidad es derecho al estudio, lucha al abandono escolar, anular las diferencias tecnológicas y digitales.
Dignidad es respeto por los ancianos, que no pueden ser dejados en la soledad, privados de un rol que los integre.
Dignidad es contrastar la pobreza, la precariedad desesperada y sin horizonte que desgraciadamente aflige y mortifica las esperanzas de tantas personas.
Dignidad es (que las mujeres) no sean obligadas a elegir entre trabajo y maternidad.
Dignidad es un país donde las cárceles no están super pobladas y aseguran una reinserción social de los detenidos. Esta es, además, la mayor garantía de seguridad.
Dignidad es un país no distraído haga frente a los problemas cotidianos que las personas con discapacidad deben enfrentar, y capaz de remover los obstáculos que, sin motivo, encuentran en sus vidas.
Dignidad es un país libre de las mafias, de la concusión de la criminalidad, de la complicidad de quien finge no ver.
Dignidad es garantizar y asegurar el derecho de los ciudadanos a una información libre e independiente.
La dignidad, entonces, como piedra angular de nuestro empeño, de nuestra pasión civil.
Extracto del discurso de Sergio Mattarella al asumir su segundo mandato como Presidente de la República Italiana, el 3 de febrero de 2022.