ElPensador.io.- La Alta Comisionada de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, puso en jaque al Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su política de centros de detención para inmigrantes, afirmando que se siente «profundamente conmocionada» por las condiciones sanitarias y de hacinamiento que afectan a las personas recluidas en campos especiales, especialmente niños.
«Como pediatra, pero también como madre y ex jefa de Estado, estoy profundamente sorprendida de que los niños se vean obligados a dormir en el suelo en instalaciones superpobladas, sin acceso a atención médica ni alimentos adecuados, y con malas condiciones de saneamiento«, afirmó en un comunicado.
A pocos días de entregar un informe lapidario sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela, el informe de la ONU viene a coronar una seguidilla de alertas de diversos organismos estadounidenses y medios de comunicación sobre las condiciones de los centros de detención. Uno de ellos fue el Reporte de Vigilancia del Departamento de Seguridad Nacional que advirtió sobre un «hacinamiento peligroso» que afecta a miles de inmigrantes, que han llegado hasta la frontera de Estados Unidos huyendo de la violencia y la pobreza en América Central.
El sábado, The New York Times y El Paso Times publicaron un artículo en el que describían una estación de la Patrulla Fronteriza en Clint, Texas, llena de cientos de niños con ropa sucia y empaquetados en celdas. Trump calificó los reportajes como un «engaño».
Legisladores demócratas que visitaron recientemente los centros de detención informaron sobre una aglomeración masiva en celdas sin agua potable, donde niños y adultos carecían de acceso a medicamentos y estaban privados de duchas por hasta dos semanas.
La Alta Comisionada de DDHH dijo que incluso la detención de niños «por períodos cortos y en buenas condiciones puede tener un impacto grave en su salud y desarrollo… Considere el daño que se está haciendo todos los días al permitir que esta situación alarmante continúe».
Pero Trump respondió en Twitter: “Si los inmigrantes ilegales están descontentos con las condiciones en los centros de detención construidos o reacondicionados rápidamente, simplemente dígales que no vengan. ¡Todos los problemas se resolvieron!».
Bachelet pidió compasión, destacando que aquellos que se encuentran en estas instalaciones «se han embarcado en peligrosos viajes con sus hijos en busca de protección y dignidad y lejos de la violencia y el hambre».
«Cuando finalmente creen que han llegado a salvo, pueden encontrarse separados de sus seres queridos y encerrados en condiciones indignas. Esto nunca debería ocurrir en ningún lugar». Y aunque admitió que los Estados tienen derecho a establecer sus políticas sobre control en las fronteras, dijo que «las medidas de gestión deben cumplir con las obligaciones de los derechos humanos del Estado y no deben basarse en políticas estrechas destinadas únicamente a detectar, detener y deportar de manera expedita a los migrantes irregulares».
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