ElPensador.io.- Hasta un año de cárcel arriesga un joven chileno que se hizo pasar por miembro de la nobleza europea y se infiltró en la socialité real del viejo mundo.
Durante cuatro meses Miguel Ángel Pardo Oyarzún se hizo pasar por Miguel de Liechtenstein y fue adoptado por la prensa española al punto que se le bautizó coloquialmente como “el pequeño Nicolás”, atribuyéndole un parecido al fallecido zar Nicolás II de Rusia y a un personaje anterior también infiltrado en las redes de la nobleza con identidad falsa.
Según el diario ABC de Madrid, él se presentaba como hijo de una mujer que se había casado cuatro veces “y que tuvo una vida amorosa muy intensa, además de una relación con un miembro de la Casa Principesca de Liechtenstein”. Y aunque nunca había asegurado que se hubiera criado en el famoso principado, esa presentación le permitió asistir a cuanta fiesta y exposición de la clase alta europea hubiera.
Sus páginas personales y redes sociales, que ya cerró, decían que se llamaba Michael Engel Maximilian Alexander Maria von und zu Liechtenstein, y aseguraba ser Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, sin señalar dónde estudió. Afirmaba haber desarrollado su carrera en Chile, y que había realizado trabajos humanitarios con pueblos indígenas.
Había fotos suyas conversando con el Príncipe Harry, con la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, con la ex ministra y senadora Ximena Rincón y con el presidente del Partido Socialista Álvaro Elizalde, señala el ABC.
Desde el principado de Liechtenstein, se confirmó que el sujeto no es miembro de esa casa, advertencia que ya había sido emitida en 2016, pero que no impidió el desenvolvimiento del joven.
Según la información que se ha podido recopilar, Miguel Ángel Pardo Oyarzún estaría próximo a cumplir los 34 años, nació el 21 de julio de 1984 en Valdivia.
De acuerdo con la legislación del principado de Liechtenstein para la Protección del nombre de la Casa Principesca de Liechtenstein, “el mal uso del nombre de la Casa Principesca de Liechtenstein o la simulación de pertenencia a la misma se castiga con una pena de privación de la libertad de hasta un año o con una multa”.
No obstante, el diario ABC alcanzó a contactarse con él antes de que cerrara todas sus redes y formas de contacto y habría negado que se hubiera atribuido un origen en el principado.