Por Uwe Rohwedder.- La configuración de nuestros espacios habitables, sea pública o privada, tiene una directa relación en cómo desarrollamos nuestra percepción y nuestros sentidos, y lo más significativo es cómo pueden influir en el desarrollo de malestar, lo cual implica una convivencia poco saludable.
Hace tiempo que nuestras ciudades, por diversas causas, han sufrido una segregación que tiene como consecuencia crear verdaderos mundos paralelos que no conectan con la realidad.
En las grandes ciudades muy impersonales, los ciudadanos, jóvenes, familias, entre otros, buscan espacios que les inspiren confianza.
Ver también:
Patricio Hales: “La ciudad es el organismo más complejo que ha inventado el ser humano”
En nuestra realidad, más bien, hemos intransitado hacia espacios hostiles que generan poco arraigo y no estimulan los sentidos de bienestar sino al contrario, la sensación de inseguridad ha transformado vastos sectores en barrios cerrados y enrejados.
Sumado a ello, la densidad, la pérdida de la calle como lugar de juego o encuentro y la construcción de torres gigantes sin considerar espacios comunes como parques o jardines, han deteriorado nuestra calidad de vida progresivamente.
Con ello, debemos considerar al espacio construido como un factor que nos afecta o contrariamente estimula, tal y como indican investigaciones y estudios que desde la neurociencia detallan cómo nuestras percepciones varían según las características y cualidades espaciales de nuestro contexto construido, así como también en los trayectos caminables y del transporte público.
El no vivir bien, estar expuesto a ruidos molestos y la poca preocupación por generar modelos arquitectónicos que permitan la generación de espacios públicos saludables, tiene consecuencias, primero en la salud mental y luego en la ausencia y descuido al no tomar en cuenta factores en el diseño urbano que facilitan los actos delictuales, el efecto y desarrollo de conductas violentas y más.
Investigar sobre posibles correlaciones entre el aumento de la delincuencia e indicadores socio demográficos y espaciales, sería un buen punto de partida.
Uwe Rohwedder Gremler es Decano de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la U. Central
En un nuevo Alejandrario, Alejandro Félix de Souza repasa las virtudes de la moral kantiana…
“Se requiere que la derecha ordene sus liderazgos, construya unidad y claridad de quienes integran…
La historia no se repite, y las supuestas repeticiones son una caricatura, un remedo, dice…
El académico Fernando de la Cuadra analiza la trama bolsonarista detrás el atentado a la…
Joaquín Mora Valles fue uno de los 13 competidores chilenos en el Mundial de Ajedrez,…
Es probable que el triunfo de Trump sea la escritura en la pared de la…