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Comprender una crisis desde el pensamiento complejo

Por Hugo Cox.- Quisiera iniciar estas líneas con la expresión de un político chileno: “¡Qué duda cabe¡”. La crisis se profundiza en todas sus vertientes, ejemplos están a la orden día, conflictos que se ahondan cada vez más y con mayor rapidez. En el caso de la Araucanía, que es de una complejidad enorme, el gobierno recurre a las desgastadas recetas y con un mayor componente de fuerza que no hace más que llevar la crisis a niveles que se pueden transformar en inmanejables, generando un conflicto que puede abarcar al país. Pero además esta fuerza se aplica a toda situación a lo largo de Chile.

Llama a dialogar, pero pareciera ser que el diálogo para el Presidente es estar de acuerdo con lo que él plantea. Es cosa de ver los videos que circulan con imágenes de cómo dejó a la segunda autoridad del país hablando sola. Un acto de mala educación que demuestra su nula capacidad de dialogar. Pareciera ser que sólo acepta que estén de acuerdo con las políticas de La Moneda, ya que ella (Adriana Muñoz) les manifestó su desacuerdo con el estado de sitio para la Araucanía.

Estas son algunas muestras de cómo se maneja el gobierno interior y, en el plano de las relaciones internacionales, no lo hacen mejor. Es cosa de escuchar las declaraciones del canciller fuera de toda argumentación racional. Para La Moneda pareciera ser que gobernar es una política de marketing con muchas imágenes y con un gran autobombo para transformar todo en un eterno show como el de las imágenes de la llegada de vacunas al país. Ellos piensan Chile como una gran campaña publicitaria. Los problemas del país son demasiado complejos como para gobernar con esa simpleza.

La crisis no se resuelve como el gobierno cree que se debe enfrentar. Se requiere de un pensamiento más complejo, como lo manifesté en un artículo anterior. Zygmunt Bauman en su texto “En busca de la política”, nos entrega instrumentos para entender los actuales acontecimientos tanto a nivel global como local. Por otra parte Anthony Giddens plantea que “nuestra incertidumbre es fabricada. La  incertidumbre no es algo que podamos reparar sino algo que creamos y que volvemos a crear siempre en mayores cantidades, por medio de nuestros esfuerzos destinados a repararla”.

Pareciera ser que, para el gobierno, cualquier incertidumbre es temporal y pronto se terminará y que con las habilidades que tiene podrán superar las incertidumbres. Estas convicciones son falsas e inconducentes en el actual escenario, pero, claro, pareciera ser la fe del carbonero.

Pareciera ser que pensaran que la estupidez e incomprensión en algún momento desaparecerá porque todo es producto de la ignorancia que, volviendo a la escuela, pasará .En una sociedad como la actual lo que considerábamos como la normalidad ya no es sino que el riego es lo permanente (Beck), ya que, por ejemplo, no podemos medir la eficacia de las acciones en la realidad debido a que siempre puede ser alterada por las redes, pero no significa que el mundo está fuera de control, sino que el mundo se puso incontrolable. La imagen que puede recrear lo anterior es una carrera de caballos en que el riesgo está siempre presente desde la partida hasta la meta.

En síntesis, no podemos hoy entender el término crisis como opuesto a la normalidad sino que este fenómeno debe ser abordado para su solución de acuerdo a las situaciones concretas en que se da y abarcando todas las variables de la compleja situación.

Hoy no podemos explicarlo sólo a partir de un análisis de fenómenos que antes estaban regulados normativamente, porque estas barreras saltan. Es necesario crear nuevos espacios participativos que permitan construir nuevos sentidos comunes en palabras de Bauman: “La tarea es construir una teoría del ser humano en el mundo que no califique la incoherencia y la disfuncionalidad como acontecimientos indecibles y extraordinarios, que incorpore en su descripción de la experiencia humana esos fenómenos inexplicables en términos utilitarios, y que, de ese modo, haga innecesaria la existencia de una teoría de la crisis especial”. ¿Podrá el gobierno entender el fenómeno del Chile actual desde el pensamiento complejo?, ¿Seguirá pensando que solo con pensamiento lineal se solucionan los conflictos?