Por Carlos Francisco Ortiz.- “La anarquía económica de la sociedad capitalista tal como existe hoy es, en mi opinión, la verdadera fuente del mal”. Albert Einstein.
Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, llamó a Cuba un “Estado Fallido”, debido a las protestas y manifestaciones sociales de la oposición cubana, reclamando por la escasez de productos básicos para satisfacer las necesidades del pueblo cubano. Sin embargo, el presidente Biden omite en su discurso que tal escasez de productos básicos en Cuba es debido al bloqueo económico, financiero, comercial, e inclusive político, que los distintos gobiernos de EE.UU. han impuesto a la isla caribeña por cerca de 60 años, medidas que fueron aún más endurecidas bajo la administración de Donald Trump. Pero, ¿qué se entiende por un “Estado Fallido” (para intentar comprender la acusación de Joe Biden)?
A nivel mundial, la doctrina académica no tiene una definición clara para denominar lo que debe entenderse por un Estado Fallido, y por lo mismo dicho concepto es manipulado, política y metodológicamente, particularmente por los Estados expansionistas e intervencionistas para justificar sus políticas e intereses sobre otros países.
En Estados Unidos, la Central Intelligence Agency (CIA) en 1995 encargó a un grupo de académicos una investigación llamada “Working Papers. State Failure Task Force Report”, la cual estaba destinada a determinar las causas que potencialmente favorecerían la debilidad de un Estado, analizando factores demográficos, económicos, medioambientales y políticos. La investigación de la CIA surgió ante la necesidad de crear adversarios naturales para EE.UU. que amenazaran su seguridad e intereses, toda vez que luego del fin de la Guerra Fría, todo el sistema y aparato de seguridad nacional y de política exterior de EE.UU. se encontraba sin un adversario natural como en su tiempo lo fuera la Unión Soviética y todo el bloque del Este.
Estando en conociendo de la manipulación ideada por la CIA, se podría decir que no existen “Estados Fallidos” propiamente tal, sino más bien existen los Estados en vías de desarrollo, y Estados Bloqueados e Intervenidos por Estados expansionistas e intervencionistas como los Estados Unidos, que ven el potencial desarrollo de ciertos países, una amenaza a sus intereses imperialistas.
Joe Biden, pretende encasillar a Cuba en lo que la CIA definiría como un Estado Fallido, es decir, como un Estado que no puede garantizar su propio funcionamiento y los servicios básicos a la población, porque carece de las capacidades y los recursos para controlar y mantener su buen funcionamiento económico y su correcta gobernanza, incluyendo la seguridad interior y exterior del país. Pero, de tenerse presente lo que la CIA definiría como un “Estado Fallido”, entonces, Estados como por ejemplo EE.UU. y Chile, entre otros, también en cierto modo podrían calificarse como “Estados Fallidos”, si se tiene en consideración algunos de los siguientes hechos, a saber:
1.- Estados incapaces de proteger a sus niños
En los Estados Unidos, la pedofilia ha llegado a tal extremo de impunidad que el párroco Richard Bucci, que ejerce en Rhode Island, afirmó – en 2020– que “la pedofilia no ha matado a nadie”, haciendo una clara alusión en defensa de tal delito cometido por sacerdotes. El sitio web BishopAccountability.org dedicado a rastrear todos los crímenes sexuales cometidos por miembros de la Iglesia Católica, estimada que existen en EE.UU. hasta la fecha cerca de 7 mil sacerdotes denunciados desde 1950 por abusos sexuales y violaciones contra menores. La cifra incluso podría ascender hasta 11 mil sacerdotes pederastas.
En la organización juvenil con ribetes religiosos “Boy Scouts of America”, tuvo lugar una de las peores agresiones sexuales en la historia de los estados unidos. Unas 95 mil personas afirman haber sido víctimas de agresiones sexuales por parte de jefes scouts. Se estima que los menores abusados en Boy Scouts of America sería ocho veces mayor que la de los menores que han sido víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes. Tales hechos fueron dados a conocer por el periódico los Ángeles Times – 2012 – al publicar los llamados «expedientes de la perversión».
En Chile, desde el Golpe de Estado de 1973 hasta la fecha, se han violado reiteradamente los derechos humanos de los menores, en casos tales Colonia Dignidad, el Servicio Nacional de Menores (conocido como SENAME), la pedofilia y pederastia en la Iglesia Católica Chilena, entre otros, sin que hasta el día de hoy existan medidas de protección serias impulsadas por el Estado Chileno.
La secta Colonia Dignidad que fue fundada en Chile por el psicópata y enfermero nazi Paul Schaefer, en terrenos de la finca Villa Baviera a 40 kilómetros al sur del pueblo de Parral, era un lugar de violaciones y abusos de menores, adopciones ilegales y desaparición de personas, en los tiempos de la dictadura del genocida Augusto Pinochet. Paul Schaefer, se encargó de fichar a políticos y militares chilenos que frecuentaban el predio.
En el SENAME han ocurrido violaciones sistemáticamente de los derechos de los niños, según un informe de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI9 de 2017. Por ejemplo, se constataron 2.071 abusos, 310 de ellos de connotación sexual, ocurridos en el 100% de los centros que administra en Sename, y en un 88% en los centros administrados por particulares. Existe además, un informe del año 2018 de revela graves abusos contra menores que fue entregado por la PDI a la Fiscalía y al Gobierno, el cual el Gobierno no hizo público.
En la “Santa” Iglesia Católica Chilena, los abusos sexuales y las violaciones contra menores por parte de presbíteros pedófilos y pederastas fueron informados al Papa Francisco por el arzobispo de Malta Charles Scicluna en 2018. El registro contiene unos 368 casos de abuso sexual eclesiástico, a lo que se suman 22 obispos y tres cardenales chilenos acusados de encubrimiento. Dada la gravedad de los hechos, el Papa Francisco pidió a todos los obispos chilenos poner sus cargos a disposición.
2.- Estados con altísimo nivel de corrupción e impunidad
En los Estados Unidos, a 2020, la percepción del pueblo estadounidense sobre la corrupción del sector público había crecido obteniendo 67 puntos en el Índice de percepción de la Corrupción que publica la Organización para la transparencia Internacional. Estados Unidos se posiciona en el lugar 25° en relación al resto de los 179 países de la clasificación, lo cual no habla muy bien de un país desarrollado que ha sido la primera potencia mundial.
Durante este 2021, el ex presidente Donald Trump y su jefe financiero Allen Weisselberg, fueron acusados de fraude fiscal, en una investigación llevada en el distrito de Manhattan por evasión del pago de impuestos por más de US$1,7 millones en ingresos. En Chile, Carabineros -que es una policía militarizada encargada del Orden y la Seguridad Pública- ha cometido en los últimos años fraude al fisco chileno por más de $28 mil millones. Es el denominado «Pacogate».
El Ejército de Chile, por su parte, tiene actualmente 800 militares, activos y retirados, vinculados a un fraude de 3.000 millones de dólares. Todos ellos imputados por el delito de fraude fiscal. Tanto Carabineros como el Ejército de Chile, son instituciones que gozan de una total impunidad por parte del Estado Chileno
El reciente caso denominado Pandora Papers, investigación periodística del International Consortium of Investigative Journalists, revela secretos financieros en jurisdicciones con beneficios fiscales, los llamados “paraísos fiscales”, entre los cuales figura la familia del Presidente de la República de Chile Sebastián Piñera Echenique, cuyos activos provienen de donaciones del Presidente Piñera.
3.- Estados que violan sistemáticamente los DD.HH.
Human Rights Watch, en su Informe Mundial 2021, dijo que en los Estados Unidos existen grandes fallas de Derechos Humanos, como por ejemplo, asesinatos policiales de personas negras, las desigualdades en la población norteamericana para enfrentar la Covid-19, los abusos contra los inmigrantes y los solicitantes de asilo, etc. Kenneth Roth, director ejecutivo de HRW, en su ensayo introductorio señala: “el gobierno entrante de Estados Unidos debería integrar el respeto por los derechos humanos en su política nacional y exterior, de una manera que tenga más probabilidades de sobrevivir a futuras administraciones estadounidenses menos comprometidas con los derechos humanos”.
En Chile, el pueblo Mapuche es víctima de violaciones sistemáticas de sus DD.HH. sufriendo violaciones, mutaciones, asesinatos, encarcelamiento, represiones y expropiaciones. Tales abusos se han mantenido, inclusive, durante todos los periodos de los llamados gobiernos democráticos que sucedieron a la dictadura cívico-militar.
A partir del llamado “estallido social” que comenzó en Chile el 18 de octubre de 2019, a causa de los abusos y privilegios que la oligarquía gobernante mantenía sobre el pueblo, los agentes del Estado chileno han cometido graves y reiteradas violaciones a los DD.HH. de los manifestantes. Así lo señalan sendos informes de Amnistía Internacional, Human Rights Watch (HRW), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH).
4.- Estados que cosifican a la persona humana
Para los regímenes económicos como el estadounidense, que se caracteriza por ser un capitalismo imperialista e intervencionista, la persona humana se concibe como una mercancía y una como unidad productiva dentro del sistema, cuyo única finalidad y utilidad es la de generar riqueza para los dueños del capital.
Según datos recientemente publicados por la Reserva Federal de EEUU el 1% de los más ricos poseen ahora el 32,1% de toda la riqueza de Estados Unidos, lo cual deja de manifiesto las enormes brechas de desigualdad abiertas en la sociedad estadounidense. Esto quiere decir que el 10% de los hogares más ricos acumula casi el 70% de toda la riqueza. En otras palabras, la economía estadounidense es la expresión misma de la explotación del hombre por el hombre.
En el caso del modelo económico chileno, de corte neoliberal, ideado por los Chicago Boys siguiendo las instrucciones de sus educadores Milton Friedman y Arnold Harberger, ha logrado posicionar a Chile como uno de los países más desiguales del mundo de acuerdo al informe de pobreza y prosperidad compartida en términos de coeficiente de Gini, según informe del Banco Mundial.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico – OCDE – sitúa a Chile entre los tres países latinoamericanos que ocupan los últimos lugares en indicadores de bienestar, tales como ingresos, desigualdad social, tasa de homicidios y conocimiento de sus estudiantes.
La CEPAL, por su parte, estima que el 1% más rico de Chile concentra más del 25% de los ingresos y riquezas del país. Los datos señalados sobre EE.UU. y Chile, permiten comprender para dichas economías la persona humana no es más que un instrumento y un medio para la producción de riqueza. Según los hechos analizados en los cuatro puntos anteriores, sin que dicha enumeración sea taxativa, es posible concluir que tanto Estados Unidos como Chile, bien podrían considerarse “Estados Fallidos”, en los términos de la CIA, y no muy distintos al “Estado Fallido” sentenciado por Joe Biden sobre Cuba.
Más allá de las apreciaciones de la CIA y de Joe Biden, lo cierto es que el Estado Cubano, incluidas sus imperfecciones propias de toda obra humana, no es un “Estado Fallido”, sino que, muy por el contrario, es un Estado Humanista y Laico en vías de Desarrollo, con un notable potencial en el avance de las ciencias médicas y en otras áreas del conocimiento, que no obstante el bloqueo económico, financiero y comercial, inclusive político, por parte del imperialismo, ha logrado exitosamente por cerca de 60 años mantener su soberanía y su independencia.
Si entendemos la economía en su sentido etimológico del griego “oikos” cuyo significado era “hogar”, es decir, la administración del hogar, se puede afirmar entonces, y sin duda alguna que, tanto el gobierno como los economistas cubamos, teniéndose presente el bloqueo y los boicot imperialistas, son hábiles, talentosos e inteligentes administradores de su hogar, demostrando una notable preparación, capacidad y talento en la ciencia de creación, producción y distribución de riqueza, de bienes y servicios para satisfacer las necesidades del pueblo cubano. Lo cual resulta admirable para una economía pequeña como lo es la isla caribeña. En definitiva, Cuba no es un “Estado Fallido”, sino que muy por el contrario, Cuba representa uno de los grandes y nobles bastiones de la lucha contra “la explotación del hombre por el hombre” causada por el denominado capitalismo imperialista.
Carlos Francisco Ortiz es Licenciado en Ciencias Jurídicas.