Por Juan Medina Torres.- Anunciar, avisar e informar los asuntos de gobierno durante la colonia fue una obligación administrativa que las autoridades españolas decidieron poner en práctica con mucha responsabilidad y, para dar cumplimiento a dicha función, se abocaron al nombramiento del pregonero oficial, cargo parecido a nuestro actual vocero o vocera de Gobierno.
Por ello, es interesante conocer el acta del Cabildo de Santiago de fecha 10 de abril de 1541, documento que da a conocer el nombramiento del primer pregonero oficial de nuestro naciente país. Así comenzó a formarse nuestra actual Administración Pública.
La redacción del documento es interesante porque indica que ese día “se juntaron a cabildo e ayuntamiento los magnifico e muy nobles señores Juan Dábalos Jufre, e Francisco de Aguirre, alcaldes ordinarios, e Juan Fernández Alderete, e Juan Bohon, y Francisco de Villagra, e Gerónimo Alderete, rejidores, e así juntos por ante mi Luis de Cartagena, escribano de este su cabildo, acordaron y mandaron lo siguiente:
Que por cuanto conviene al servicio de S. M. e beneficio de esta ciudad, que haya una persona para que sea pregonero público de ella, e porque al presente todos los españoles que en ella hai siguen la guerra, e no es justo embarazar a ninguno en el tal oficio, aunque lo quiera usar, es bien que se busque un esclavo que use del dicho oficio e haya los derechos a el pertenecientes por su trabajo, hasta en tanto que haya más gente en esta tierra, e lo tenga y use algún español. E luego pareció presente en el dicho cabildo Juan Negrete, vecino de esta dicha ciudad, e dijo: que él tenía por bien, que un esclavo suyo de color negro, que se dice Domingo, entre por oficial de pregonero público de esta dicha ciudad por todo el tiempo que la voluntad de dichos señores justicia e rejidores fuere; con tal que sus mercedes manden que le acudan con los derechos que se deben dar e llevar por el dicho oficio. E luego los dichos señores, por la causa dicha, dijeron: que recibían y recibieron al dicho Domingo, atento que era mui ladino, y tenía y tiene buena expresiva para usar del dicho oficio; y que le daban e le dieron poder para lo poder usar y llevar, e que lleve todos los derechos e salarios al dicho oficio pertenecientes E lo tomaron juramento en forma de derecho, y el juró, que bien y fielmente usaría del dicho su oficio. A la solución del cual dijo: si juro, e amén, y prometió de lo así hacer. E lo firmaron: Joan Dábalos Jufre. Francisco de Aguirre, Joan Fernández de Alderete, Joan Bohon, Francisco de Villagra, Gerónimo Alderete”.
En consecuencia, se nombró pregonero oficial a Domingo, esclavo negro de Juan Negrete, quien lo cedió al municipio con tal objeto, porque era muy ladino y buena expresiva. No era requisito saber leer y escribir y probablemente este primer pregonero era analfabeto, por lo tanto, para anunciar, avisar e informar los asuntos del naciente gobierno, necesitó de una persona que colocada a su lado le recitara la palabras que el repetía como un eco.
No sabemos cuánto duró en el cargo el muy ladino Domingo, pero en el acta del Cabildo de fecha 11 de julio de 1568 encontramos que dicha función de pregonero oficial era ejercida por Francisco de Figueroa, otra persona de raza negra que, ese día en la Plaza de Armas de Santiago, delante de la puerta de la Iglesia Catedral, y frente a mucha gente pregonó una provisión real en “altas e inteligibles voces”. Así lo informó Andrés de Valdenebro escribano público del Cabildo.