Por Juan Medina Torres.- El pedir permiso se agudizó en pandemia y el Gobierno creó la Comisaria Virtual para otorgarlos, convirtiéndose en el ente que regula nuestra vida. Tenemos que pedir permiso para salir, donde ir, qué hacer. Mediante dicha acción, se nos restringe nuestra libertad… todo ello por una emergencia sanitaria.
El que nos den permiso significa aceptar que vivimos en sociedad, concediendo el derecho a que otros decidan lo que debemos hacer.
Probablemente, en alguna ocasión te has preguntado: ¿Y también tengo que pedir permiso para ser quién soy y no me juzguen por lo que pienso o hago?
La respuesta la tenemos cada uno de nosotros cuando decimos: “Ahora quiero darme permiso para confiar en mi criterio, en mi elección sin que otros me critiquen, porque no hago lo que ellos quieren que haga. Confiar en mí no significa no escuchar a los demás, sino escucharme primero a mí mismo, andar mi camino y a mi propio ritmo, para ser quien quiero ser”.
Sé que es difícil, darnos permiso para asumir una responsabilidad, porque siempre estamos sujetos a la inseguridad, de si es correcto o incorrecto lo que pensamos, hacemos o proyectamos. Siempre esperamos que nos den permiso, esperamos que otros nos den su visto bueno.
Tenemos miedo a equivocarnos: ¿Será nuestro momento para decidir? Y eso nos impide tener la voluntad de elegir, hacer las cosas como nosotros creemos que pueden ser y ver qué pasa. Creo que, por ese camino nunca llegamos a ser nosotros mismos.
Hoy, démonos permiso para tratarnos bien, querernos un poco más, conocernos mejor. Esa es una forma de ser parte de una sociedad más inclusiva, más tolerante, con capacidad de disentir. En definitiva ser una sociedad formada por personas.