Por Eduardo Sobarzo.- Siempre nos ha parecido normal que cuando avanzamos en el tiempo, algunas cosas se nos van quedando en el camino, las llaves de la casa, una cita con el médico o sencillamente no saber dónde estamos o que íbamos hacer. Esta aseveración viene de la mano de que algo nos esta pasando a medida que nos envejecemos. Pues sí, estos síntomas son el comienzo un tanto dudoso de la demencia. Dicha “dolencia” describe un grupo de síntomas que afectan la memoria, el pensamiento y las habilidades sociales lo suficientemente graves como para interferir en nuestra vida diaria. No se trata de una enfermedad específica, hay varias enfermedades que pueden provocar demencia. Y en ese sentido, la demencia generalmente implica pérdida de memoria y sus fuentes pueden ser variados, pero perder la memoria no significa que usted tenga demencia.
De esta forma, los síntomas de la demencia varían según la causa, pero existen algunos síntomas más bien cognitivos que uno siempre observa en las personas que comienzan este duro trayecto al olvido; dificultad para comunicarse o encontrar palabras, dificultad para razonar o para resolver problemas, dificultad con la coordinación y las funciones motoras, confusión y desorientación, entre otras. No obstante, a veces cambios psicológicos pueden provocar esta demencia como la depresión, un comportamiento errático y tener alucinaciones. ¿Se ve usted reflejado en algo de lo que comento? Pues bien, no debe preocuparse tanto, esta enfermedad es lenta, aunque progresiva, y se ve reflejada en que nuestro cerebro va perdiendo funcionalidad porque sencillamente se va quedando sin neuronas que procesan la información del día, nuestros sueños y anhelos. La falta de conexión nerviosa define muy bien esta enfermedad, y el mejor ejemplo de una demencia progresiva es la enfermedad de Alzheimer, cuyos antecedentes indican que algunas proteínas tóxicas que se depositan sobre el cuerpo de las neuronas (proteínas beta-amiloide y tau) son las responsables de esta interrupción neuronal que va “carcomiendo el cerebro” hasta cuando el paciente ya no recuerda su pasado ni cual es su presente. No obstante, se sabe que hay varios trastornos que generan una demencia temporal y reversible como el déficit nutricional, efectos secundarios de algunos medicamentos o el envenenamiento.
Ahora bien, ¿cómo debemos tratarnos si observamos algunos de los síntomas descritos? Esta respuesta es variable porque sabemos que hay factores que contribuyen a la demencia, pero no se pueden cambiar como la edad, antecedentes familiares y el síndrome de Down (que hace aparecer el Alzheimer en el paciente de manera prematura, ¿sabía usted esto?). Otros factores de riesgo que pueden ser controlados como la dieta, el ejercicio, el consumo de alcohol, la depresión, el tabaquismo, entre otras, ayudan a controlar o retrasar la aparición de la demencia. Se estima que actualmente en Chile, el 1,06% de la población total país presenta algún tipo de demencia (Corporación Profesional de Alzheimer y otras Demencias-COPRAD).
Mi consejo es bien práctico, más que medicamentos altamente costosos y de dudosa efectividad para tratar la demencia en alguna de sus formas, lo más barato y asequible para usted es mantener su mente activa (lea, haga juegos de estrategia en su computador), no fume, haga un deporte normal como caminar, cuide su corazón y aliméntese bien. No le prometo que no tendrá igual en el futuro alguna demencia, pero por lo menos se acordará donde dejo sus llaves para entrar a casa.
Eduardo Sobarzo es licenciado en Ciencias con mención en Química y Doctor en Química.