Por Miguel Mendoza.- Los derechos humanos son un enclave que forma parte sustancial de la política nacional e internacional de Chile en los últimos 50 años. Debido a nuestra historia reciente, hemos visto que durante años la izquierda nacional alza la voz y defiende los derechos humanos, ¿Hasta qué punto se han apropiado de esta bandera?
Entre los años 1973 y hasta el año 1990 se vivió una oprobiosa dictadura en nuestro país. Muchos compatriotas fueron vejados, torturados y exterminados por el gobierno de facto del general Augusto Pinochet. Ese daño dejará secuelas por generaciones, acaso más que las producidas por la Guerra Civil de 1891.
Otros generales, como Manuel Contreras murieron condenados y en la cárcel. Es verdad. Fueron violadores de los Derechos Humanos, y sus condenas eran más que necesarias por el dolor inferido a los familiares de las víctimas.
Sin embargo, hay un caso en que se debería tener un actuar distinto.
Durante el año 2017, fue condenado por su participación en la muerte de compatriotas el general Héctor Orozco, miembro de la Dirección de Inteligencia del Ejército. Huelga decir que se trataba del hermano del pintoresco dirigente deportivo de la Universidad de Chile, doctor René Orozco, el mismo que aseveró hace algunos años: «Esto no es justicia, es venganza».
Su hermano fue encarcelado cuando tenía 89 años y en medio de un avanzado Alzheimer. Falleció a la edad de 93 años (año 2020) producto del covid-19.
En la dictadura de Pinochet fueron exiliados o pidieron asilo político más de 2 mil chilenos en la República Democrática Alemana. Entre ellas, Michelle Bachelet y su madre Ángela Jeria.
El líder de la RDA, Erich Paul Honecker fue un político comunista alemán, y presidente de la República Democrática Alemana. Honecker acogió a nuestros compatriotas en su calidad de Secretario General del Partido Socialista Unificado Alemán; y después como Presidente del Consejo de Estado de la RDA, en el año 1989.
Honecker fue diagnosticado con un cáncer al hígado, por lo que se trasladó a la URSS para ser tratado. Posteriormente volvió a la RDA, aunque por poco tiempo, ya que la inminente caída del muro y el fin del comunismo en Alemania, lo obligó a volver a la URSS. Allí estuvo asilado desde 1991 en la embajada de Chile en Moscú.
Con la Unificación de Alemania fue condenado por la muerte de 192 disidentes alemanes que intentaron cruzar el muro de Berlín.
En Chile, durante el gobierno del presidente Patricio Aylwin y dada la presión de muchos chilenos, se le dio asilo político por razones humanitarias en el año 1992, falleciendo en 1994, víctima de su cáncer terminal.
Es útil recordar que su hija Sonja estaba casada con un chileno y también fue asilada la esposa del ex jerarca, Margot Honecker.
Con estos incidentes tuvimos -como país- serios problemas diplomáticos con la naciente República de Alemania Federal. Erich Honecker fue un líder autoritario y de escasas luces intelectuales.
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En su gobierno violó sistemáticamente los derechos humanos a miles de sus compatriotas alemanes orientales, por pensar distinto, aunque la izquierda de nuestro país lo ignoró o simplemente optó por cambiar el tema, forjando la palabra “negacionismo” acuñada por la diputada comunista, Carmen Hertz. Sí, la misma que refuta hasta el paroxismo las atrocidades cometidas por la dictadura chilena, omitiendo deliberadamente lo que ocurre en dictaduras como Cuba, Nicaragua, China, Corea del Norte y esa “democracia” de utilería existente en Venezuela.
Los derechos humanos son universales y no propiedad exclusiva de un determinado sector político, pues las dictaduras terminan sojuzgando a la gran mayoría de la población.
Con afán digno de mejor causa, parte de la izquierda criolla sigue adherida con la dictadura de Pinochet, porque le genera réditos políticos. Con ese comportamiento, desde luego se hará cuesta arriba la anhelada reconciliación que tanto necesitamos.
Miguel Mendoza Jorquera, Tecnólogo Médico, conductor del programa Manos Libres.