Por Jaime Arriagada Araya.- Uno de los efectos de la pandemia es el teletrabajo y con él una cantidad importante de personas ha desarrollado sus labores en el último tiempo de esa forma, lo que llevó a modificar aspectos importantes del diario vivir de una familia y de su hogar, principalmente en instalaciones y elementos constructivos de terminaciones.
Si con teletrabajo la ocupación de una vivienda se duplica, el aire interior va a tender a saturarse debido a que nuestro cuerpo emite humedad por evaporación de sudor, sumado a lo anterior, las actividades como cocinar, las condiciones ambientales del emplazamiento y eventuales problemas en las instalaciones repercutirán sobre los elementos constructivos que nos rodean.
Estos se verán deteriorados, a corto o largo plazo por lluvia, filtraciones o daños en las instalaciones de agua potable y/o alcantarillado, además de la propia condensación producida de los usuarios de la vivienda.
Si nos enfocamos en los elementos constructivos, que pueden estar sometidos a mayores efectos negativos por la humedad y/o la temperatura, están la pudrición de elementos porosos (aislación térmica como lana minera o poliestireno expandido), oxidación de elementos metálicos (marcos de ventanas de acero o elementos de cerrajería sin tratamientos anticorrosión), desprendimiento de elementos que van adheridos a otros (papel mural por ejemplo), además de hongos y mal olor en general.
Claramente, un hogar muestra efectos negativos ante el aumento de la temperatura y/o de la humedad, efectos que deben ser detectados por las personas, y ser resueltos antes de que los efectos se incrementan. Varias de estas problemáticas son consideradas al momento del diseño y ejecución de una vivienda, sin embargo, dependen en gran medida de las características particulares de cada persona y sus hábitos dentro del hogar. Antes la familia se reunía después del trabajo y el fin de semana, actualmente y durante más de 1 año, nuestros hogares han estado cobijando las 24 horas del día a sus habitantes.
Todo esto se puede resolver fácilmente con ventilación y observación de los síntomas indicados, ojalá cumpliendo la pauta de mantención de nuestros hogares y teniendo conciencia de ellos. Mientras más tarde resolvemos estos problemas, más cara será la solución.
Jaime Arriagada Araya es arquitecto, ingeniero y académico de la Escuela de Ingeniería Universidad Central.
Las democracias de Chile y América Latina enfrentan hoy una encrucijada. Entre populismos, polarización y…
Modernizar el Estado no es hacerlo desaparecer ni convertirlo en una réplica de la NASA…
En cada campaña presidencial surgen promesas urbanas, pero pocas se sostienen como políticas de Estado.…
La primaria oficialista dejó un resultado claro, pero también una postal preocupante: baja participación, fisuras…
Detrás de los titulares sobre interceptores y drones, la verdadera tragedia de esta venganza se…
El columnista Pedro Durán analiza la evolución de los proyecto del progresismo desde la llegada…