Por Hugo Cox.- En estos días y en lo que vendrán se seguirá escribiendo sobre Venezuela y su coyuntura, y se escribirá desde distintas miradas en que uno puede estar de acuerdo o no. Pero creo que es bueno intentar conceptualizar lo que ocurre en ese país desde una mirada mayor, lo que implica dentro del actual sistema mundo.
Hoy se ha hecho referencia a sus reservas petrolíferas, de gas y de otros minerales, que la colocan en la mirada de un juego de poder mayor.
Immanuel Wallerstein realiza un detallado análisis del sistema mundo en una perspectiva más global, lo que permite ver en mayor profundidad los fenómenos como, asimismo, sus alcances temporales.
Wallerstein nos sitúa en las tendencias generales más fundamentales del capitalismo moderno, en que hay situaciones de despegue, auge y caída como ocurrió con Holanda en los siglos XVll y XVlll, y con Inglaterra en los siglos XlX y XX. Hoy nos encontramos, según sus análisis, en la decadencia de la hegemonía de Estados Unidos, con rasgos reiterados e igualmente presentes en las caídas de Holanda e Inglaterra.
Para el autor citado, desde el siglo XVl en adelante existe una dinámica global del sistema mundo capitalista en que “no solo sobredetermina de modo esencial e ineludible a todos los países o naciones, o colonias, o zonas, o regiones, que dicho sistema abarca, sino que también se hace presente a lo largo de los últimos cinco siglos como una de las piezas esenciales de la explicación de las principales tendencias y vicisitudes de la historia concreta y particular de este capitalismo moderno hoy todavía vigente”.
Este marco teórico no deja a un lado las explicaciones de los fenómenos generales a partir de los marcos nacionales, sino que los ve como parte de una dinámica global que es el sistema mundo en su conjunto.
Cómo entender fenómenos como las rebeliones e estudiantiles en diversos países o los movimientos de liberación femenino, etc. Si no es partir de marcos teóricos más globales.
En términos generales tenemos tres espacios bastante diversos:
1.- La zona centro, que es el corazón del sistema mundo.
2.- Una zona semi periférica, que son los países que rodean la zona centro.
3.- Una zona periférica con dependencia política, cultural, y económica de la zona centro, generando una dependencia de esta.
A partir del marco teórico esbozado, tenemos que hoy el debate se centra en qué país o países asumirán la hegemonía global por los próximos cincuenta años. ¿Va a ser India, China, el Asia Pacifico, Rusia, la Unión Europea, etc.? Esta lucha está en pleno desarrollo y se da en todos los campos.
La hegemonía de Estados Unidos se encuentra en una fase de decadencia, que se refleja en el plano económico (financiero, industrial, comercial, etc.) y tiene manifestaciones en el plano geopolítico y político, y recurre a su superioridad en el plano militar, ya que su capacidad de influencia es cada vez menor. Además, nos encontramos con que los países centrales son los que defienden el libre comercio, la defensa de la política y la democracia como banderas universales; en cambio los países periféricos van reivindicar en diversos periodos de su historia el proteccionismo económico y defender sus identidades culturales, y políticas.
Venezuela es parte de este cuadro en que el conflicto traspasó las fronteras del Estado Nacional, para situarse en el sistema mundo como parte importante del futuro de la hegemonía en América Latina.
Si se observan las inversiones tanto Chinas como Rusas en materias primas como petróleo e infraestructura, así como en otros campos y, por otra parte, un Estados Unidos que necesita del petróleo venezolano para sus refinerías (por cuestión de costos), vemos entonces la importancia de este país en el cuadro internacional, y su rol es una batalla más en la lucha por la hegemonía global.
Lo anterior es independiente del cuadro local, que se puede compartir o no, pero el conflicto de fondo que no está en la superficie es parte de la lucha hegemónica en esta parte del mundo.