Por Juan Medina Torres.- No es lo mismo oír que escuchar, dicen los expertos. Oír es percibir sonidos a través del oído, mientras que escuchar significa entender lo que se está oyendo, prestar atención, razonar, es decir, poner en funcionamiento nuestro cerebro.
Rafael Echeverría, en su obra “Ontología del Lenguaje”, señala que el escuchar es el factor fundamental del lenguaje. Hablamos para ser escuchados.
Por ello, me pregunto si en el reciente encuentro “3xi” (realizado en Villarrica y cuyo objetivo es promover el entendimiento y la paz en la Araucanía) fueron escuchados los requerimientos del pueblo mapuche.
Cabe destacar que este fue el octavo encuentro de este tipo que se realiza desde 2017, organizado por entidades no gubernamentales como la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) y la Asociación de Emprendedores de Chile, el Sistema de Empresas B, la Comunidad de Organizaciones Solidarias, el Centro de Innovación de la Universidad Católica y VirtusPartners.
El Ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, quien participó en este encuentro, señaló que hay una esperanza y “una tremenda disposición de la gente que estuvo acá”. Es cierto, siempre ha habido esperanza de encontrar la paz en la Araucanía, un conflicto que se arrastra desde el siglo XIX.
Históricamente, muchos han sido los encuentros donde se han expresado disposiciones para solucionar los problemas que aquejan al pueblo mapuche. Sin embargo, las políticas de Estado han manifestado lo contrario, sin mostrar intenciones para reconocer los legítimos derechos de los pueblos originarios. O sea, a nivel político no se ha escuchado.
Considero que es tiempo de escuchar, más que de hablar. Reconocer constitucionalmente que Chile es un estado plurinacional, multicultural y de este modo otorgar a los mapuches y demás pueblos originarios el reconocimiento de sus derechos.