Juan Medina explica la debilidad de Europa frente a EEUU y Rusia, y el papel que juega Ucrania en ese contexto.
Por Juan Medina Torres.- Los acontecimientos ocurridos en los últimos días en el plano de las relaciones internacionales han implicado una verdadera reconfiguración del contexto geopolítico a nivel mundial, donde Europa aparece, por lo pronto, con una serie de desafíos complejos.
En efecto, al cumplirse tres años de la guerra de Rusia contra Ucrania la Unión Europea se encuentra en la difícil disyuntiva de tener que decidir el futuro de Ucrania como parte del conglomerado y, además, cuál será su influencia en el ámbito internacional.
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Anterior a la guerra de Ucrania, Europa había dependido de la energía barata de Rusia, la seguridad de Estados Unidos y las cadenas de suministro globales. Así lo reconoció la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la reunión del Foro Económico Mundial (WEF) entre el 20 y el 24 de enero 2025 en Davos (Suiza).
Estas dependencias se convirtieron en vulnerabilidades tras la guerra en Ucrania que evidenciaron sus debilidades a nivel interno y externo, lo que sumado a la elección de Donald Trump, hacen más compleja su situación, dado que Washington inició conversaciones con Moscú para restablecer sus relaciones diplomáticas.
Así las cosas, queda claro que es Estados Unidos quien decide sobre el término del conflicto en Ucrania, excluyendo a Europa y poniendo una nota de interrogación con la exigencia estadounidense de concesiones económicas, como el acceso a tierras raras ucranianas, lo cual comprometería la seguridad industrial y tecnológica europea.
Los resultados de la última reunión de líderes europeos convocada por Macron, en París mostraron signos de la debilidad europea en estos momentos, evidenciado una falta de estrategia para demostrar una autonomía real y dejando en claro su incapacidad para influir diplomáticamente en el futuro de las conversaciones para poner fin a la guerra en suelo europeo.
Es un hecho que la reconstrucción de Ucrania representa un enorme reto económico para Europa, donde algunos de sus integrantes como Alemania están pasando por procesos de recesión económica.
La incorporación de Ucrania a la Unión Europea será un tema clave en las conversaciones porque dicha adhesión sin una seguridad adecuada constituye una enorme responsabilidad económica y política sin garantías de estabilidad en la región.
Todo parece indicar que la guerra continuará sin el respaldo de Estados Unidos, obligando a Europa a asumir los costos económicos y militares del conflicto, lo cual intensificará la fragmentación observada en la política interna del bloque y la resistencia de algunos Estados miembros a continuar apoyando a Ucrania.