Por Juan Luis Palma .- El tiempo, muchas veces, nos hace perder la perspectiva de las cosas y la velocidad de los descubrimientos. Cada época tiene su “hito” y, en muchos casos, va de la mano de una “herramienta”. Reconocemos a las primeras herramientas como rudimentarias, pero fueron lo más top en su momento. La evolución de estos elementos demuestra el crecimiento de nuestro intelecto colectivo.
La edad de Piedra nos duró hasta que empezamos elaboraciones con metales, entre el 6.000 y el 3.300 a.C. La siguiente época destacó por una herramienta que marcó nuestro intelecto: el lápiz -no como lo conocemos hoy, pero sí el concepto- fue la herramienta con la que se plasmó la escritura en la edad Antigua. Las siguientes edades dejaron de estar definidas por las herramientas y fueron definidas en términos políticos, sociales y económicos. En la edad Media, se detuvo el progreso científico opacado por el sistema feudal y la Iglesia.
Mil años nos costó volver. Los pensadores estuvieron escondidos, hasta que cerca del 1600 Galileo Galilei deja de pensar en la pregunta planteada por Aristóteles “¿Por qué se mueven las cosas?”. Y, sin abandonar el pensamiento Aristotélico, se pregunta ¿Cómo se mueven las cosas?, para así echar a andar nuevamente la maquinaria intelectual de la humanidad.
En la edad Moderna se sentaron las bases de la física, astronomía, química, biología, matemáticas, entre otras. Tratando de observar los cielos se construyó una herramienta muy usada al día de hoy: el telescopio, que llevó a la invención de observatorios, financiados incluso por las coronas para investigar Astronomía e impulsar la navegación y el comercio. No cabe duda de que esta fue una gran época, donde las primeras mentes brillantes intentaban comprender cómo funcionaba el mundo y el Universo.
Luego, las máquinas tuvieron su mayor evolución en la época de la utilización del vapor, un período que llevó a diseñar y contruir artefactos para cada industria. Esto originó la producción en masa y una aceleración económica que empoderó a los burgueses a demandar el poder político, lo que trajo consigo problemas sociales ¿Por qué nunca puede ir de la mano los económico y político con lo intelectual?
En ese entonces, la industria agrícola, siderúrgica, transporte, minera y la expansión comercial, demandaban procesos más eficientes. Esto situó a la ciencia de la termodinámica como un estudio esencial para la época. Max Plank, descubre la cuantización de la energía. Ningún modelo encajaba en sus observaciones, así que tomó una constante (con 34 ceros a la izquierda) que le ayudaba a encajar sus observaciones a los modelos. Tiempo después, notó lo que significaba ese número: la energía no era continua, si no que se disipaba en pequeñas porciones, que llamó “cuantos”, que dan el nombre a la mecánica cuántica.
Todos se resistieron a la idea. Sin embargo, fue adoptada por varios científicos. El primero fue Einstein, que generó las mayores contribuciones y críticas a la teoría cuántica. Esta teoría evoluciona en increíbles aplicaciones, desde tubos fluorescentes, láseres, electrónica, paneles solares, entre muchas otras. La mecánica cuántica nos permitió diseñar procesadores, que es el corazón del computador.
En nuestros tiempos, ¿quién podría negar que un computador es una herramienta? Es más, podríamos decir que es una caja llena de herramientas. Y el avance de la miniaturización, dada por efectos como “la magnetorresistencia gigante”, que les valió el premio nobel a Albert Fert y Peter Grünberg en 2007, nos permiten llevar un smartphone, que no es otra cosa que un computador portátil, y que a mi parecer, es una herramienta esencial.
Dr. Juan Luis Palma, investigador y académico de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Central