El ingeniero Luis León Cárdenas critica la complacencia de las autoridades frente a la contaminación provocada por los incendios forestales y alerta por la necesidad de una norma que mida el material más fino.
Sr. Director:
Mientras la Región Metropolitana se vio nuevamente cubierta por el humo tóxico de incendios forestales, la Seremi de Medio Ambiente nos «tranquilizó» porque «en promedio» estuvimos lejos de una emergencia ambiental.
La Norma de Calidad Primaria para Material Particulado Respirable (ICAP) de 1998 se refiere solo al MP10µm, el más grueso y comparativamente menos dañino, de rangos laxos respecto de la recomendación de la OMS.
Con ello, este 2023 celebraron el «mejor año en calidad del aire» desde el Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica (PPDA) de 1997. Para el pesar de la ciudadanía, no incluyen el MP2,5 ni MP1,0, mucho más fino y peligroso, cuya concentración suele dispararse mientras celebran un MP10 «bajo».
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Además, hacen recomendaciones insuficientes (como poner paños húmedos en los intersticios que se pueda de las casas en un ambiente irrespirable), y disfuncionales (como el uso de «mascarillas», entendidas habitualmente «quirúrgicas», con prácticamente nulo factor de ajuste). Debieran promover, facilitar y educar en tecnologías adecuadas contra el material fino en suspensión: respiradores N95/FFP2/KN95 bien ajustados y filtros HEPA o MERV13 intradomiciliarios; incluso, algún filtro de agua artesanal.
Colateralmente, además prevendrían el contagio de enfermedades de propagación aérea, como el Covid-19. Nuestra salud necesita que los ministerios de Salud y Medio Ambiente mejoren sus normativas disfuncionales.
Luis León Cárdenas Graide. Ingeniero Civil en Computación, Universidad de Chile Diplomado en Ciencia e Ingeniería de Datos, DCC, Universidad de Chile