Por Juan Medina Torres.- El Funicular y el Teleférico del Cerro San Cristóbal son dos medios de transporte de extraordinaria importancia en la transformación de este lugar emblemático de la ciudad en un gran mirador.
Luego de algunos meses de tramitación, el 19 de noviembre de 1923, se constituyó la Sociedad Anónima Funicular San Cristóbal, mediante escritura pública ante el Notario Fernando Errázuriz Tagle. En dicho documento se estipuló un capital social de $1.200.000 dividido en 60 mil acciones de $20 cada una, que fueron vendidas a 465 personas, en su mayoría italianos.
El sábado 24 de noviembre de 1923, se realizó la ceremonia de colocación de la primera piedra del funicular. En la explanada que actualmente ocupa la Plaza Caupolicán se levantó una ramada para los invitados y a las 5 de la tarde, aproximadamente, llegaron al lugar el intendente Alberto Mackenna; el Ministro Plenipotenciario de Italia en Chile, Fortunato Castoldi; el Alcalde de Santiago, Rogelio Ugarte; ministros, miembros del Cuerpo Diplomático y los miembros de la sociedad constructora.
En la ocasión, Alberto Mackenna destacó el esfuerzo y colaboración de la colonia italiana a los planes de desarrollo del cerro San Cristóbal.
De inmediato comenzaron los trabajos del nuevo ascensor que permitiría un acceso fácil a la cumbre. El proyecto y la dirección técnica de las obras estuvieron a cargo del ingeniero Ernesto Boso Pezza, secundado por el ingeniero Juan Nelly. Los arquitectos de las estaciones fueron Carlos Landa y Luciano Kulczewski.
El 16 de noviembre del año 2000 el Ministerio de Educación dictó el Decreto N° 515, declarando Monumento Histórico al Funicular del Cerro San Cristóbal, considerando que este complejo transporte por cable tiene especial relevancia dentro de los elementos de la ciudad de Santiago y que su presencia ha permanecido vigente en la memoria colectiva de sus habitantes.
El Teleférico
Como pensaba Alberto Mackenna los adelantos mecánicos no terminaron con el funicular, puesto que el sueño del Intendente visionario era transformar el cerro agreste en un gran centro de recreación y esparcimiento, que solamente se podía hacer realidad a través de accesos fáciles y transportes adecuados.
El 19 de mayo de 1977 se firmó ante el Notario Maximiliano Concha Rivas un contrato de concesión para construir y explotar un teleférico en el Parque Metropolitano por un plazo de 25 años. Firmaron este contrato de concesión: Ricardo González Cortes, por la empresa constructora y minera Ábalos González S.A., Ernesto Hald Herrera, por el Parque Metropolitano, Erich Krohmer Heim, por el Servicio de Vivienda y Urbanización Metropolitano.
El 20 de octubre de 1978, se firmó la escritura de formación de la Sociedad de Transportes Mecanizados y Turismo San Cristóbal Limitada, ante el Notario Público, Alvaro Bianchi Rosas. La construcción del teleférico se inició en 1979 y el martes 1 de Abril de 1980 se inauguró, luego de meses de arduo trabajo.
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