Las últimas acciones de Israel apuntan al desalojo de la población palestina de Gaza, mientras en la zona cunde la desesperación.
Por Juan Medina Torres.- El gabinete de seguridad israelí creó la Dirección de Migración, organismo que gestionará la «transferencia voluntaria» de los residentes de la Franja de Gaza a un tercer país, según informó en un comunicado el Ministerio de Defensa.
Este nuevo organismo será dirigido por el ministro de Defensa, Israel Katz, el cual se encargará de «preparar y facilitar el tránsito seguro y controlado de los residentes de Gaza para su salida voluntaria a terceros países», indica el comunicado.
Esto incluye, agrega, «asegurar su movimiento, establecer una ruta de tráfico» y «coordinar la infraestructura que permita el tránsito por tierra, mar y aire a los países de destino».
«Estamos trabajando con todos los medios para implementar la visión del presidente estadounidense y permitiremos que cualquier residente de Gaza que quiera mudarse a un tercer estado lo haga», afirmó Katz.
El titular de Defensa asegura que este nueva dirección de migración está «sujeta al derecho israelí e internacional», pese a que la ONU ha advertido, en numerosas ocasiones, de que «toda deportación de territorio ocupado está prohibida».
Limpieza étnica
Todo indica que el objetivo del gobierno israelí y Trump es la limpieza étnica de Gaza para construir un resort, el sueño del presidente norteamericano y los ultraderechistas judíos, dando por finalizado el problema palestino.
Esa es la razón por la que Israel reanudó los ataques contra el enclave el pasado martes 18 de marzo, día en que rompió una pausa de dos meses en las hostilidades y mató a más de 500 personas, según el Ministerio de Salud de Gaza, en lo que podría haber sido el día más sangriento de los 18 meses de la escalada del conflicto, rompiendo así el acuerdo de alto al fuego y exigiendo la liberación de 59 rehenes que Hamas mantiene en su poder.
Probablemente el pueblo palestino continuará luchando por permanecer en su tierra y Katz cumplirá su amenaza de la devastación total de Gaza y anexar una parte de ella.
Un poco de historia
El acuerdo de alto al fuego que entró en vigor el 19 de enero y fue firmado por el gobierno de Israel y el grupo militante palestino Hamas, estipula un alto al fuego de 42 días, y la liberación de 33 rehenes durante la primera fase y durante la fase dos se negociarían un final permanente de la guerra y la entrega de todos los rehenes incluso los cadáveres de quienes han muerto en cautiverio.
Poco después, el presidente Trump propuso la entrega de todos los rehenes en la primera fase.
Como ello no resultó, Estados Unidos presentó una nueva propuesta que garantizaría la liberación de un puñado de rehenes vivos en manos de Hamas a cambio de una prórroga de un mes del alto el fuego entre Israel y Hamas
Según la propuesta de EE.UU, presentada en Qatar por el enviado especial estadounidense para Medio Oriente, Steve Witkoff, Israel también levantaría el bloqueo de la ayuda humanitaria a Gaza.
Para Katz, los recientes ataques aéreos, son solo el primer paso y aseguró que los gazaties serán de nuevo desplazados de las ruinas que fueron sus hogares y a las cuales volvieron con la tregua lograda hace algunas semanas
Para el Gobierno de Estados Unidos, Hamás es el responsable de todo lo ocurrido: » Todas las muertes se habrían evitado si Hamás hubiera aceptado la propuesta de un puente que Estados Unidos presentó el miércoles pasado», declaró la embajadora interina de Estados Unidos ante la ONU, Dorothy Shea, ante el consejo de 15 miembros.
Al interior de Israel
Es sabido que la sociedad israelí está profundamente dividida con la reanudación de las hostilidades y ha salido a las calles de Jerusalén y Tel Aviv en las últimas horas para protestar por lo ocurrido.
Un editorial del diario israelí Haaretz, dice que: «Todas las propuestas que Hamás recibió del enviado estadounidense Steve Witkoff se derivan de la negativa de Israel a cumplir su parte del acuerdo. Por lo tanto, el intento de presentar los rechazos de Hamas como una razón para reanudar los combates es una manipulación deshonesta».
La situación política se complica por la decisión del gobierno de Israel de destituir al Jefe del Shin Bet, Ronen Bar, justo cuando este organismo de seguridad está investigando el escándalo del “Catargate”, los supuestos pagos de este país a ex asesores de Netanyahu para que crearan una campaña favorable al país del golfo.
Debemos recordar que hace algunos años, el Shin Bet investigó cómo Qatar financió durante años a Hamas sin que Israel lo impidiera.
En Gaza, mientras tanto, cunde la desesperación. La población sufre el grave impacto físico y psicológico que significa el resurgimiento del conflicto, tras dos meses de relativa paz durante el alto el fuego.