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Washington Post relaciona abuso sexual en la Iglesia con homosexualidad

ElPensador.io.- Los escándalos sexuales en el clero chileno han llegado hasta el diario estadounidense The Washington Post, que publicó un extenso artículo del columnista Robert Mickens, corresponsal en el Vaticano del periódico y editor de la versión en inglés de la revista católica La Croix International.

Mickens afirma que los escándalos que han sacudido a la Iglesia (en Chile, Honduras y en Esatdos Unidos, con las denuncias de cinco personas contra el cardenal de Washington, Theodore McCarrick) tienen que ver con un problema “subyacente”, asociado a la presencia y tratamiento de la homosexualidad en los clérigos de la institución religiosa.

“Y nuevamente, la gente dice que están conmocionados e indignados, lo que muestra cómo los católicos aún se niegan a ver que hay un problema subyacente en estos casos. Es el hecho de que casi todos se refieren a hombres, ya sean adolescentes, adolescentes pospubescentes u hombres jóvenes”, dice el artículo de Mickens.

“Y aunque ningún adulto que tenga buena salud psicosexual se aprovecha de los vulnerables, no se puede negar que la homosexualidad es un componente clave de la crisis del abuso sexual (y ahora del acoso sexual) por parte del clero. Con un porcentaje tan alto de sacerdotes con orientación homosexual, esto no debería sorprender”.

Pese a la tesis del artículo, Mickens aclara que “los homosexuales psicológicamente sanos no violan a los niños ni obligan a otros hombres sobre los que ejercen cierta medida de poder o autoridad”.

“Sin embargo, no estamos hablando de hombres psicosexualmente maduros”.

El periodista del Washington Post se queja de que “los obispos y funcionarios del Vaticano se niegan a reconocer esto. Más bien, están perpetuando el problema, e incluso empeorando, con políticas que realmente castigan a los seminaristas y sacerdotes que tratan de tratar abierta, honesta y sanamente con su orientación sexual”.

Nuestro problema en la Iglesia es el abuso de poder, un abuso que ocurre como resultado de la homofobia que mantiene a los hombres homosexuales en el armario, les impide crecer y resulta en una sexualidad distorsionada para muchos sacerdotes homosexuales… la hipocresía debe terminar”, dice el escritor.

“Increíblemente, todavía hay sacerdotes y obispos que negarían o profesarían no saber que hay hombres con orientación homosexual en la Iglesia. Muchos de los sacerdotes y obispos que han tenido relaciones sexuales con hombres probablemente ni siquiera se identificarían como homosexuales. Son productos de una casta clerical y un sistema de formación sacerdotal que los desalienta y, en algunos lugares, incluso les prohíbe ser honestos acerca de su orientación homosexual”.

“El Vaticano sabe muy bien que hay un gran número de sacerdotes y seminaristas con orientación homosexual. Pero en lugar de alentar una discusión saludable sobre cómo los homosexuales pueden comprometerse con la castidad del celibato de una manera sana, las políticas y enseñanzas oficiales de la Iglesia los llevan a mantenerse en el armario”, reclama el artículo.

“Y al igual que cualquier otro lugar oscuro que carezca de luz solar y aire, esto impide el desarrollo normal y favorece la pudrición del moho, la humedad, la distorsión y la enfermedad. Nada que se mantenga en la oscuridad puede volverse saludable o florecer”, sentencia.

Sostiene que la política antihomosexual se profundizó en 2005, cuando el Vaticano (bajo el Papa Benedicxto XVI) prohibió abiertamente la inclusión en los seminarios de cualquiera que se identificara como homosexual.

Lo irónico es que “uno de los principales autores de ese documento, Monseñor Tony Anatrella, un sacerdote y psicoterapeuta de París, fue despojado recientemente de sus facultades sacerdotales después de ser acusado de abusar de seminaristas y otros jóvenes a su cargo”.