El Pensador
  • Inicio
  • Opinión
  • Actualidad
  • Cultura(s)
  • Mundo Académico
  • Línea Editorial
    • Suscríbete a ElPensador.io
    • Comunícate con nosotros
  • LEX | Avisos Legales de ElPensador.io
  • Librería ElPensador.io
Lectura: Curiosidades de la Historia: la sequía que terminó en diluvio
Compartir
Cambiar tamaño de fuenteAa
El PensadorEl Pensador
  • Inicio
  • Opinión
  • Actualidad
  • Cultura(s)
  • Mundo Académico
  • Línea Editorial
  • LEX | Avisos Legales de ElPensador.io
  • Librería ElPensador.io
  • Inicio
  • Opinión
  • Actualidad
  • Cultura(s)
  • Mundo Académico
  • Línea Editorial
    • Suscríbete a ElPensador.io
    • Comunícate con nosotros
  • LEX | Avisos Legales de ElPensador.io
  • Librería ElPensador.io
Síganos
Cultura(s)

Curiosidades de la Historia: la sequía que terminó en diluvio

Última actualización: 28 de octubre de 2025 2:48 pm
5 minutos de lectura
Compartir
historia sequía
Compartir

En el siglo XVIII Santiago enfrentó una de las sequías más prolongadas de su historia. Ante esto, el Cabildo, la Iglesia y los ciudadanos apelaron a la intercesión divina, hasta que una lluvia desbordada transformó la ciudad en un escenario de destrucción.

Por Juan Medina Torres.- En el año 1769, los aproximadamente 35 mil habitantes de Santiago no preveían que se acercaba un período de extrema sequía a partir de 1770. Justo Abel Rosales, en su libro La Cañadilla de Santiago, su historia, sus tradiciones (1541–1887), relata que al principio los vecinos pensaron que la situación sería pasajera y no mostraron mayor preocupación.

Sin embargo, al pasar los meses sin cambios en el clima, los integrantes del Cabildo se reunieron el 3 de agosto de 1771 y acordaron realizar una solemne rogativa a la Virgen del Socorro, venerada en la iglesia de San Francisco, con el fin de conseguir la benéfica lluvia.

A pesar de la pompa con que la imagen fue paseada por las calles de la ciudad, la rogativa no tuvo los resultados esperados. El Cabildo volvió a reunirse en sesión extraordinaria el 5 de septiembre de 1771 para costear una nueva rogativa, esta vez dirigida a la Virgen de las Mercedes, Patrona Jurada de la ciudad y abogada de las pestes y terremotos. Como los recursos económicos eran limitados, se dispuso gastar un máximo de cuarenta pesos. El Provincial de la Merced consideró insuficiente el monto y solicitó al Cabildo que también se costease la cera para los 75 religiosos del convento, además de la correspondiente a los Tribunales y demás acompañantes. Lo que sobrara quedaría a favor del convento.

Las tratativas económicas continuaron hasta lograr un acuerdo armónico. La rogativa se realizó, pero nuevamente sin éxito: la sequía persistió.

En 1773 aparecieron los primeros signos de hambruna, debido a la escasez de alimentos que se hizo notoria en la ciudad. La carne pasó a ser un artículo de lujo. En 1777, los reportes informaban la muerte de animales, pérdidas en las cosechas y problemas de salud entre los habitantes por falta de agua. El río Mapocho traía apenas un hilo del vital elemento, lo que impedía regar los predios agrícolas.

Ante esta situación, el 25 de junio de 1777 el Cabildo se reunió nuevamente para acordar la intercesión de los santos, con la esperanza de que se apiadaran de los seres humanos y animales que vivían en la ciudad y enviaran las ansiadas lluvias. Se decidió costear, con fondos municipales, una nueva rogativa solemne al Señor de Mayo y a la Virgen del Rosario de La Viñita, cuyas imágenes recorrieron juntas las calles de Santiago.

La rogativa se realizó con gran esplendidez, pero nuevamente fracasó en su objetivo. Los creyentes, buscando una causa para la tragedia, atribuían la sequía a un castigo divino por los pecados cometidos por los habitantes de la ciudad.

Cabe destacar que, en esos años, la gran devoción popular católica hacía común que, ante un desastre natural, se pidiera la intercesión divina mediante oraciones, procesiones o peregrinaciones. “La fe mueve montañas”, decían. La sequía continuó hasta 1782, año en que murió el famoso corregidor Zañartu.

Todo cambió el 13 de abril de 1783, cuando comenzaron las lluvias que se prolongaron hasta el sábado 16 de junio de ese año, día conocido como la venida grande. Santiago pasó de una espantosa sequía a un espantoso diluvio que causó la muerte y desaparición de un número indeterminado de habitantes, además de la destrucción de viviendas e infraestructura. El río Mapocho recuperó sus antiguos cauces: la Cañada (actual Alameda Bernardo O’Higgins) y la Cañadilla (actual Avenida Independencia), y el agua entró por diversas calles de la ciudad, provocando una grave inundación.

Desde la fundación de Santiago, no se había experimentado una venida tan copiosa, señaló el Cabildo en un informe enviado al rey Carlos III de España el 20 de diciembre de 1783.

ETIQUETADO:historiasequía
Comparte este artículo
Facebook Whatsapp Whatsapp LinkedIn Reddit Telegram Threads Correo electrónico Copiar link
Compartir
Artículo anterior marketing infantil Marketing infantil: del consumo al vínculo emocional

NANO VILANOVA: «Milei necesita una autocracia para sobrevivir políticamente»

https://www.youtube.com/watch?v=zhyBQ6LEo8s

PAZ SUÁREZ: «Jara no va a ser presidenta, ella es un accidente político»

https://www.youtube.com/watch?v=BWxNcKmD2xc&t=1s

También podría gustarte

gratitud
Cultura(s)Opinión

No se trata de llegar solo, sino llegar con todos

18 minutos de lectura
Cultura(s)

No llores por ti, Argentina: homenaje a una nación imprescindible

15 minutos de lectura
perro
Cultura(s)

CAVE CANEM: Cuidado con el perro

12 minutos de lectura
Cultura(s)

Herencia africana del Hip Hop: Raperos y Griots urbanos del S.XXI

14 minutos de lectura
El Pensador
© El pensador io. Todos los derechos reservados, sitio web desarrollado por: Omninexo.
Welcome Back!

Sign in to your account

Username or Email Address
Password

¿Perdiste tu contraseña?