Cultura(s)

Curiosidades de la Historia: ¡Vamos a remoler donde la Peta Basaure!

El Arenal, epicentro de la jarana popular en la historia de la Chimba de la Cañadilla durante el siglo XIX, cobró fama por sus fondas, entre ellas la legendaria de la Peta Basaure, regenta de la fiesta y símbolo de la cultura urbana santiaguina.

Por Juan Medina Torres.- Para remoler —es decir, beber, comer y bailar— “El Arenal”, en los terrenos de la Chimba de la Cañadilla, fue, sin duda, el lugar más concurrido y, durante el siglo XIX, albergó fondas como las de Lastra y Maruri, inmortalizadas en tonadas y cuecas como la recopilada por Samuel Claro:

Las fondas del Arenal
Mostraron la Independencia
Como una obra de arte
Y lumbrera de la ciencia
Viva Santiago de Chile
La Bandera nacional
Y en el barrio de la Chimba
Las fondas del Arenal.

La fonda más célebre del sector, hacia la época de la Guerra del Pacífico, fue la de la Peta Basaure. Maximiliano Salinas y Antonio Acevedo Hernández la describen así:

“Una mujer célebre en los fastos de la alegría popular. Su fonda, situada en la esquina norponiente de las calles Maruri y Lastra, tenía una puerta muy ancha. La Peta, por los años de la Guerra del Pacífico, era una mujer de unos cuarenta años: alta, robusta, pelinegra, de ojos oscuros y picarones; gran bailadora de cueca y resbalosa, capaz de dar un beso con tanta destreza como un tajo de puñal.”

Reconocida como una de las mejores de Santiago, la fonda y su dueña generaban la animadversión de las mujeres de la alta sociedad santiaguina, pues la Peta ya había sido excomulgada en varias ocasiones.

El diario de campaña del soldado Silvestre Pérez describe su llegada a la fonda de la Peta Basaure y cómo los “puetas” entonaban:

«El Arenal es, señores,
la fuente de juventud,
la fonda más reputa…
donde no entra la virtud.
Y cuando sus puertas abre
una risa a todos gana
porque empieza la jarana
donde la Peta Basaure.
¡Bolos, billares y niñas!
¡Rayuela y riñas de gallos!
¡Ricos mostos de las viñas
de San Javier y San Carlos!»

El soldado narra que la fonda era una casona de adobes y tejas, con dos patios interiores, donde el vino y el baile eran el pan de cada día, reflejo genuino de la cultura popular de la época.

Un dato anecdótico: en 1872, siendo intendente Benjamín Vicuña Mackenna, se instaló la Fonda Popular en la intersección de las avenidas Arturo Prat y Matta, para controlar los desmanes en El Arenal. Aun así, perduraron las fondas tradicionales, como la de la Peta Basaure.

Alvaro Medina

Entradas recientes

Curiosidades de la Historia: la sequía que terminó en diluvio

En el siglo XVIII Santiago enfrentó una de las sequías más prolongadas de su historia.…

2 días hace

Marketing infantil: del consumo al vínculo emocional

El marketing infantil ya no se limita a persuadir: educa, vincula y transforma. Nassib Segovia…

2 días hace

La elección presidencial en Bolivia y sus perspectivas

Rodrigo Paz Pereira asume la presidencia de Bolivia tras vencer al MAS, abriendo un nuevo…

2 días hace

Incivilidades versus respeto por los demás

La persistencia del rayado y daño al patrimonio urbano revela una crisis de respeto y…

2 días hace

La Corrupción, un desafío político

La desconfianza ciudadana hacia partidos, Congreso, justicia y municipalidades revela una crisis estructural. Más allá…

7 días hace

Diseñados para la empatía, condenados al individualismo

Aunque la neurociencia demuestra que estamos biológicamente preparados para  la empatía y la cooperación, la…

7 días hace