Filosofía

Idiotez y Estupidez: ¿moda o megatendencia?

La estupidez, la idiotez y la disonancia cognitiva se extienden y la gente (supuestamente) inteligente se comporta de manera idiota, afirma Carlos Cantero.

Por Carlos Cantero.- Las virtudes, el buen criterio, el altruismo, la honradez, la excelencia, el mérito, NO están de moda.

Un fenómeno global se transforma en megatendencia, poderosa y vertiginosa, como el despliegue de la inteligencia artificial: la estupidez y la disonancia cognitiva se extienden, la gente (supuestamente) inteligente se comporta de manera idiota.

El contexto viene de arrastre: guerras, terrorismo, fundamentalismo, ideologismos. A ello se agrega el individualismo y materialismo, una tendencia al relativismo valórico, la intolerancia y la polarización política.

Muchos pensadores se han referido al tema, algunos escrito libros. Erasmo de Rotterdam (1511), sacerdote holandés, publicó El Elogio a la Locura, refiriendo conductas idiotas, ignorantes y dogmáticas, que se imponían sobre el conocimiento y la ética humanista.

Federico Nietzsche (1887), filósofo alemán, en su libro La Genealogía de la Moral, refiere las asimetrias binarias entre el bien y el mal, centradas en el eje del amo y el esclavo.

Recuerdo a Dietrich Bonhoeffer, teólogo alemán que escribió su “Teoría de la Estupidez”, a propósito de la emergencia del Nazismo en Alemania, que luego le asesinó.

Correlatos hay muchos, también en la vertiente marxista, unos enviados a Siberia, otros a Escuelas de Reeducación en China, ni hablar de las grandes guerras del siglo XX, o  de los diversos fundamentalismos actuales. Otros tantos no publicaron ya que fueron asesinados.

Ver también:
Criticando el culto a la ignorancia
La cancelación de intelectuales y universidades: una estúpida plaga postmoderna

Al respecto, Jean Claude Carriêre, cineasta francés, y Umberto Eco, intelectual italiano, nos legaron una diferenciación entre cretino, estúpido e imbécil. En los años 70, la filósofa Ayn Rand, habló de la decadencia cultural; Giancarlo Livraghi de su Teoría de la Estupidez; Guillez Deleuze y Guattari refieren al imbécil; Paul Tabori nos presenta su Historia de la Estupidez Humana; Gianni Vattimo, el Pensamiento Débil; y Carlos María Cipolla, escribe Las leyes fundamentales de la estupidez humana.

El proceso se acelera con la emergencia de los algoritmos de la sociedad digital, cuando la percepción de la realidad está fuertemente intermediada por los medios (especialmente la televisión) y las redes sociales. Los meta-lenguajes multimedial y multimodal, viralizan emocionalidad, espectacularidad y morbosidad, en tiempo/espacio digital (virtualidad).

Quienes dominan estas herramientas dominan el proceso de contagio de ideas y sentimientos, en la masa. De esta forma logran imponer una percepción de la realidad parcial o interesada, establecen su propia verdad, arquetipos del mundo postmoderno y la postverdad.

Las tecnologías digitales afectan la forma de ser y estar en el mundo. El Homo Videns de Giovanni Sartori, reduce su lenguaje y capacidad de lecto-escritura. Esto tendrá graves consecuencias: Ludwig Wittgenstein, advertia que: «los límites del lenguaje son los límites de nuestro mundo».

El lenguajear de Humberto Maturana, tiene la capacidad de transformar nuestra realidad, generar cambios y modificar nuestra percepción del entorno. Siguiendo el pensamiento de Peter Sloterdijk, se observan esferas y burbujas de idiotez socializada, descrédito de la filosofía, el pensamiento, la reflexión, debilitamiento valórico y degradación ética. Se pierde el sentido de la vida y la centralidad de la persona humana.

Cuando observamos la dramática secuencia de eventos y protagonistas actuales, a nivel global, nacional y local, se comprueba idiotez contumaz y normalizada.  Recuerdo las expresiones de la filósofa Judia, Hannah Arendt, en su libro: Eichman en Jerusalem: «La banalidad frente al mal y la muerte de la empatía humana, son los primeros pasos para la instalación de la barbarie en la sociedad».

En el mismo sentido advierto que: el desdén, la permisividad, la lenidad, frente al abuso, el mal o  la violencia, son actos de complicidad.

Favorecen su ejercicio, extensión y normosis (proceso de normalización social). Hagamos esfuerzos para que se impongan liderazgos que traigan sanidad, con responsabilidad ciudadana para generar un ambiente sico-social de convergencia, unidad y orientación al bien común. ¡Que así sea!

Carlos Cantero es geógrafo y Doctor en Sociología.

 

Alvaro Medina

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