Por Carlos Ortiz.- La religión es uno de los grandes males de la humanidad, es la madre de la ignorancia, y la causante de una condición de existencia miserable, toda vez que ha conducido al oscurantismo de la razón mediante la imposición del dogma que ha limitado y condicionado el surgimiento y desarrollo de una mente pensante en el ser humano, todo ello ideado para el beneficio de una élite en las sombras. Crímenes, guerras, torturas, pedofilia y pederastia, entre otras, son parte de su oscuro legado histórico.
La religión, junto al mito, el arte, la filosofía y la ciencia, es una de las grandes cosmovisiones de la humanidad, es decir, una concepción de la especie humana en general, y de las diferentes sociedades en lo particular, creada y desarrollada sobre la naturaleza inmediatamente visible, y también sobre la existencia aquellos espacios que pudiesen extenderse más allá de la percepción de los sentidos.
La religión como cosmovisión es una obra propia y particular de la especie humana, que surge primitivamente como un intento del ser humano por ver e interpretar el mundo que le rodea, pues ante los fenómenos de la naturaleza, el hombre se forma una imagen o figura general de la realidad que cree percibir, otorgándole conceptualizaciones – unidades más básicas de toda forma de conocimiento humano – y valoraciones – importancia que se le concede a una cosa o persona -, convirtiendo de esta manera a la cosmovisión religiosa en una interpretación personal, social y cultural, de todo lo existente en la naturaleza, todo lo cual lleva al establecimiento de nociones comunes sobre la existencia, atributos y mandamientos de supuestas divinidades, que luego se aplican en los diversos ámbitos de la vida, ya sea en la política, en la economía, en el arte, en la moral, e incluso en la ciencia, entre otros.
La religión puede entender como un religare – siguiendo la etimología propuesta por el escritor latino y apologista Lucio Cecilio Firmiano Lactancio. 245 – 325 d.c. -, es decir, una relación de dependencia que “religa” al ser humano con las divinidades superiores de las cuales él siente que depende y se considera obligado a tributarles actos de culto por miedo al castigo divino y a la condenación eterna de su alma o espíritu”.
Lo cierto de la religión es que el hombre inventó a dios o a sus dioses, muchas veces a su imagen y semejanza, a causa de su ignorancia ante la falta de una explicación racional sobre los fenómenos de la naturaleza y su entorno, y también a causa de su falta de coraje para asumir su condición y naturaleza animal que es el origen del sufrimiento y de la miseria humana.
El arma principal de la religión es el miedo, pues es el miedo el que impide al ser humano salir de la ignorancia en la cual ha nacido por temor al castigo divino, imponiendo mediante sus enseñanzas y métodos de educación la ignorancia del dogma por sobre la luz de la razón. El filósofo y premio Nobel Bertrand Russell dijo: “los hombres nacen ignorantes no estúpidos, se vuelven estúpidos por la educación”.
Una de las mentes más brillantes de la humanidad, Albert Einstein, sobre la religión señalaría: “La religión sirve para el hombre así como la visera sirve al caballo. Jamás podrás admitir, cristiano, que alguien más estudioso e inteligente que tú cuestione tus creencias, porque sabes que toda tu vida está apoyada en mentiras incurables, y que un simple soplo es suficiente para reducirte a un espectro acabado. ¿Cuándo le enseñarás a tus hijos a cuestionar la vida, los dogmas, las mentiras y las farsas que el estado y la educación contemporánea te inyectan en las venas a la fuerza?; Yo prefiero una crianza rebelde, crítica, creativa y autónoma, en lugar de esas pobres criaturas domesticadas, masificadas y serviles que pueblan sus escuelas”.
Es en virtud de las palabras de Russell y Einstein, que es posible entender que todo adoctrinamiento religioso es un crimen a la razón, pues los seres humanos tendemos a hacernos una idea global del mundo partiendo de nuestras experiencias particulares. He aquí el rol crucial – decisivo o determinante – que juega la educación como una forma de ejercer el poder para condicionar, manipular y controlar las mentes de una parte mayoritaria de la humanidad.
La encuesta mundial de 2020 realizada por www.pewforum.org, informa que el 84,4% de la población mundial se considera a sí mismo como religioso y el 15,6% se considera a sí mismo como no religiosos. Dicha estadística permite reportar un 84,4% de mentes en el mundo condicionadas por la ignorancia del dogma.
Actualmente según algunas estimaciones, deben existir alrededor del mundo unas 4.200 religiones vivas. De estas muchas religiones existen dos subgrupos principales: las religiones indias – budismo, hinduismo, jainismo, etc. – y las religiones abrahámicas – cristianismo, islam, judaísmo, etc.-; y dentro de estos dos subgrupos principales existen las cinco religiones más grandes del mundo que son: el cristianismo (más de 2.200 millones de fieles), el islam (más de 1.600 millones de fieles), el hinduismo (más de 1.050 millones de fieles), el budismo (más de 480 millones de fieles) y el sintoísmo (aprox. 104 millones de seguidores).
En lo que toca al pensamiento occidental, es la ignorancia del dogma de la tradición judeo-cristiana la que ha marcado con sangre la historia de la fe en este lado del mundo.
En nombre y por orden del dios judeo-cristiano, según la “Santa Biblia”, tuvieron lugar, entre otros, los siguientes eventos:
1) El diluvio Universal. Referencia de las escrituras: Génesis 7:23. Número estimado de asesinados: 20.000.000.
2) Sodoma y Gomorra. Referencia de las escrituras: Génesis 19:24. Número estimado de asesinados: 2.000.
3) Séptimo año de Dios: 7 años de hambre en todo el mundo. Referencia en las escrituras: Génesis 41:25-54. Número estimado de asesinados: 70.000
4) Dios mata a todos los niños primogénitos de Egipto. Referencia de las escrituras: Éxodo 12:29-30. Número estimado de asesinados: 1.000.000.
5) ¿Quién está del lado del Señor? Forza a amigos y familiares a matarse entre ellos. Referencia en las escrituras: Éxodo 32:27-28. Número bíblico de asesinados: 3.000.
6) Dios hirió al pueblo, a causa del becerro de Aarón. Referencia de las escrituras: Éxodo 32:35. Número bíblico de asesinados: 1.000.
7) Dios quema a los hijos de Aarón hasta matarlos por “ofrecer fuego extraño”. Referencia de las escrituras: Levítico10:1-3. Número bíblico de asesinados: 2.
8) Asesinados por quejarse de los asesinatos de Dios. Referencia de las escrituras: Números 16:49. Número bíblico de asesinados: 14.700.
9) Como Dios ordenó, Josué destruye totalmente todo lo que respira. Referencia de las escrituras: Josué 10:28-42. Número bíblicos de asesinados: 7.
10) El Señor entregó a los cananeos y los ferezeos. Referencia de las escrituras: Jueces 1:04. Número bíblico de asesinados: 10.000.
11) La historia de Gedeón: “El Señor puso la espada de cada hombre contra su compañero. Referencia de las escrituras: Jueces 7:22. Número bíblico de asesinados: 120.000.
12) Dios mató a los hijos de Elí y a 34.000 soldados israelitas. Referencia de las escrituras: 1 Samuel 2:25, 4:1. Número bíblico de asesinados: 34.002.
13) Dios mató a 50.070 por mirar en el arca del Señor (de él mismo). Referencia de las escrituras: 1 Samuel 6:19. Número bíblico de asesinados: 50.070.
14) El filicidio del nuevo testamento. El Dios de amor da una muerte violenta a su hijo unigénito. Jesús se dirige al Padre diciéndole: “Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42). Y alrededor de la hora novena, Jesús exclamó a gran voz, diciendo: “¡Eli, Eli! ¿Lema sabactani?”, esto es: “¡Padre mío, Padre mío! ¿Por qué me has abandonado?” (Mateo 27:46).
15) Las cruzadas, fueron una serie de campañas militares impulsadas por el papa y llevadas a cabo por gran parte de la Europa latina cristiana, principalmente por la Francia de los Capetos y el Sacro Imperio Romano, cuyo objetivo específico fue restablecer el control apostólico romano sobre Tierra Santa, se libraron durante un período de casi doscientos años, entre 1096 y 1291.
El número de muertos por las cruzadas se estima aproximado a los 9.000.000, según John M. Robertson, en su obra “Una breve historia del cristianismo”.
16) La Santa Inquisición, hace referencia a varias instituciones dedicadas a la supresión de la herejía mayoritariamente en el seno de la Iglesia Católica. La inquisición medieval se fundó en 1184 en la zona de Languedoc (en el sur de Francia) para combatir la herejía de los cátaros o albigenses. Posteriormente se extendió a parte del resto de Europa y américa. Sus víctimas eran seres humanos, e incluso animales, acusados de brujería, o de homosexualidad, por blasfemar, por practicar bestialismo, por herejía y por acusaciones de judaizar en secreto.
En cuanto al número de muertos por la Santa Inquisición, se estima que en los 350 años de existencia del tribunal, causó aproximadamente unos 5.000 muertos, según el historiador Geoffrey Parker. Según cálculos del historiador alemán Wolfgang Behringer, la persecución de la Santa Inquisición provocó en toda Europa (sin considerar las muertes en américa) entre 40.000 y 60.000 muertes.
Los hechos reflejados en las referencias de las escrituras, demuestran un comportamiento y una actitud criminal por parte del dios literario de la biblia judeo-cristiana. El dios bíblico más allá de ser un dios de moral, justicia, amor y sabiduría, es un asesino genocida que juega con la humanidad cual sádico enfermizo, bárbaro e inmoral, un ser vanidoso e inmisericorde, sacado del peor cuento de pesadillas.
El biólogo evolutivo Richard Dawkins, en su obra “El Espejismo de Dios”, nos dice: “El Dios del Viejo Testamento; se puede argumentar, es el carácter más desagradable en toda ficción: celoso y orgulloso de serlo; cerrado de mente, injusto, severo y obsesionado con el control; vengativo, un limpiador étnico sediento de sangre, un misógino, homófobo, racista, infanticida, genocida, filicida, productor de pestilencias, megalomaníaco, sadomasoquista, caprichoso, y un matón malevolente. Aquellos de nosotros educados desde la infancia en su forma de ser, podemos llegar a convertirnos en insensibles – perder nuestra capacidad de asombro – a su horror”.
La llamada “Santa Biblia”, es el más oscuro y siniestro de todos los libros de adoctrinamiento religioso que existe de libre acceso al público en general. La biblia es el mejor tratado que puede haberse escrito sobre la verdadera esencia de la naturaleza humana. La biblia es, por excelencia, el mejor manual de antropología que puede existir.
Iñaki Berazaluce, magistralmente escribió en el medio electrónico Strambotic “50 sombras de Moisés”, describiendo lo que muchos fanáticos religiosos se niegan a ver en los libros del Antiguo Testamento que contienen incestos, violaciones, pedofilia, exhibicionismo, coprofagia y bestialismo, entre otros tantos abusos y crímenes ordenados por el dios judeo-cristiano. La religión en general, y la tradición judeo-cristiana en particular, es la gran ramera de Babilonia del libro bíblico del Apocalipsis, concretamente es la “ignorancia”, el más grande de todos los males que sufre la humanidad.
En los tiempos actuales de un mundo interconectado, dónde todo el conocimiento y la información que transita libremente por el ciberespacio deberían estar cumpliendo un rol de liberación de la ignorancia y del dogma que tanto ha condicionado a la humanidad, muy por el contrario, está cumplimiento un rol de adormecimiento mental en el ser humano, cumpliéndose así las palabras de Albert Einstein el cual señaló: “Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad; el mundo solo tendrá una generación de idiotas”.
Somos una especie ciega y condicionada por el pensamiento dogmático, lo que nos convierte en la especie descrita acertadamente por el pensador Edgar Morin al decir que somos: “homo sapiens-demens”; toda vez que, anhelamos vivir en la luz de la razón, pero al momento elegir, decidimos existir y vivir en la demencia del dogma.
Carlos Francisco Ortiz es Licenciado en Ciencias Jurídicas.