Encargado por la corona de la toma de posesión del Estrecho de Magallanes, Juan Ladrillero se adentró por donde nadie más se había aventurado. Aunque su expedición y sus logros fueron silenciados, reconocemos en él al primero que se aventuró y cartografió una de las rutas de navegación más peligrosas del mundo.
Por Juan Medina Torres.- Esta historia comienza el 29 de mayo de 1555, cuando la princesa doña Juana, regente en España, firmó una real cédula mediante la cual ordenaba ampliar la gobernación del Reino de Chile hasta el Estrecho de Magallanes, es decir, hasta el fin del mundo para esa época.
Para cumplir con la tarea de reconocer y cartografiar esas desconocidas latitudes, la corona financió los costos de la expedición disponiendo la provisión de algunos navíos y ordenó escribir el correspondiente informe con una relación de todo lo que fuera encontrado.
En 1556, el virrey del Perú, don Andrés Hurtado de Mendoza, llamó a Juan Ladrillero, que en ese entonces tenía alrededor de cincuenta años de edad. Era un reconocido piloto, cosmógrafo y cartógrafo español, a quien encomendó que acompañara a su hijo, don García Hurtado de Mendoza, que partía de gobernador al Reino de Chile.
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En Chile, Ladrillero fue designado por el nuevo Gobernador para que cumpliera con lo ordenado por la princesa doña Juana y reconociera la entrada occidental del estrecho de Magallanes y la costa patagónica, para lo cual se dispuso de una escuadrilla compuesta de dos naos -la San Luis y la San Sebastián-; la primera bajo su propio mando y la otra, al mando del piloto Francisco Cortés Ojea.
La expedición zarpó de la ciudad de Valdivia a fines de 1557. Luego de algunas semanas de navegación, una tormenta separa las dos naves, las cuales con sus respectivas tripulaciones no se vuelven a encontrar.
Ladrillero, al mando de la nao San Luis, prosigue su viaje al sur en cumplimiento de su misión e ingresó a la zona de los canales por el canal Oeste; recorrió la isla Duque de York; regresó por el canal Wide, el paso del Indio y la angostura Inglesa; y llegó al Golfo de Penas volviendo nuevamente al sur vía el Océano Pacífico.
Superando diversas dificultades, reconoció la costa sur del canal Concepción; luego, por el estrecho Nelson, descubrió la región de Última Esperanza. Navegó por el canal Kirke y exploró el seno Obstrucción, donde creyó que había llegado al estrecho de Magallanes.
Al percatarse de su equivocación, volvió al Pacífico, buscando la entrada del Estrecho. Sus esfuerzos fueron recompensados cuando, finalmente encontró la entrada occidental y llegó hasta el cabo Posesión donde, el 9 agosto de 1558, tomó posesión del estrecho y sus tierras en nombre del Rey de España y del Gobernador de Chile.
Luego de explorar la boca oriental regresó al norte, soportando todo tipo de calamidades, con falta de víveres y muerte de varios de sus tripulantes. Logró recalar en la bahía de Concepción, donde fondeó en enero de 1559, con sólo el capitán, un marinero y un negro de servicio. Pero, además, Juan Ladrillero traía una importante información marítima que le permitió convertirse en el primer cartógrafo y verdadero explorador del Estrecho de Magallanes, demostrando que la navegación de dicha vía marítima podía realizarse en sentido opuesto al que hasta ese momento se conocía.
A pesar del éxito logrado Juan Ladrillero, no tuvo el merecido reconocimiento de la corona española que optó por silenciar los resultados e importancia de su expedición.