El académico Hugo Cox analiza los factores que provocan cambios de ciclo histórico y político, y concluye que Chile está frente sólo a uno político. Lea el razonamiento y comente.
Por Hugo Cox.- A nivel global vemos un cambio de ciclo histórico que avanza en forma paulatina. Algunos elementos que se pueden visualizar son el vertiginoso avance de la tecnología, una lucha en pleno desarrollo por quién asume el liderazgo de la economía mundial (China, EE.UU. o un bloque de países) mientras el mapa en Europa -guerra de por medio- se reconfigura. Estas variables tienen un fuerte impacto en el plano local.
El cambio de ciclo histórico y el cambio de ciclo político son conceptos que están interrelacionados y se expresan de diferentes maneras en la sociedad. Aunque los términos no tienen una definición universalmente aceptada, en general se refieren a períodos de cambios significativos en la historia y en el sistema político de una nación o una región.
Ver también:
Cambio de ciclo histórico
- Cambios sociales y culturales: un cambio de ciclo histórico se manifiesta a través de transformaciones en las estructuras sociales y culturales. Pueden surgir nuevos movimientos sociales, cambios en los valores y normas culturales, así como en las relaciones entre diferentes grupos de la sociedad.
- Desarrollo económico: los cambios en los ciclos históricos a menudo están vinculados a cambios económicos importantes. Puede haber períodos de crecimiento económico sostenido, avances tecnológicos significativos o, por el contrario, crisis y recesiones que impacten en gran medida la vida de las personas.
- Innovaciones y descubrimientos: los períodos de cambio histórico suelen estar marcados por grandes innovaciones y descubrimientos en diversos campos, como la ciencia, la tecnología, el arte y la filosofía.
- Revoluciones y conflictos: los cambios de ciclo histórico también pueden estar relacionados con revoluciones sociales o políticas, conflictos armados o cambios en la forma de gobierno.
- Cambio en el pensamiento colectivo: durante los cambios de ciclo histórico, es común que las sociedades experimenten una transformación en su pensamiento colectivo y en la manera de abordar los problemas y desafíos.
Cambio de ciclo político
- Cambio de liderazgo: uno de los signos más evidentes de un cambio de ciclo político es la transición de líderes o partidos políticos en el poder. Puede haber elecciones que resulten en la sustitución de una administración por otra, lo que implica un cambio de políticas y enfoques.
- Cambio en las políticas públicas: los nuevos líderes suelen implementar políticas diferentes a las de sus predecesores, lo que puede tener un impacto significativo en diversos aspectos de la sociedad, como la economía, la educación, la salud, el medio ambiente, entre otros.
- Movimientos sociales y protestas: durante los cambios de ciclo político los movimientos sociales y las protestas pueden aumentar en respuesta a insatisfacciones con el gobierno o para impulsar cambios específicos.
- Transiciones políticas: en algunos casos, los cambios de ciclo político pueden estar asociados con transiciones políticas más amplias, como la democratización de una nación o la caída de un régimen autoritario.
- Cambio en la agenda política: los temas y asuntos que reciben atención y prioridad pueden cambiar significativamente durante un cambio de ciclo político, lo que refleja las preocupaciones y aspiraciones del nuevo gobierno.
Es esencial recordar que los cambios de ciclo histórico y político pueden ser procesos complejos y que los factores que los impulsan pueden variar según el contexto cultural, social y económico de cada lugar. Estos cambios pueden llevar tiempo para desarrollarse y pueden tener implicaciones a largo plazo para la sociedad en su conjunto.
En el Chile actual asistimos en forma lenta a un cambio en el ciclo político, no así aún al cambio del ciclo histórico.
El ciclo político que nace con la crisis que se expresa en octubre de 2019 ha ido perdiendo forma y nace un Chile que, como lo expresa la última encuesta del CEP, da un giro al conservadurismo, al menos de parte de una porción significativa de la sociedad, que empieza a privilegiar valores como la autoridad, la firmeza y la seguridad de las familias.
Incluso se observa una visión mayoritaria de que para resguardar la seguridad se pueden sacrificar libertades, pero que no se identifica con partido político alguno. Además, hay una parte de la sociedad chilena que evoluciona hacia el liberalismo, tanto valórico como cultural, y que sigue desconfiando de las instituciones públicas y privadas (salvo Carabineros, PDI y las Universidades).
En Chile, con la cultura woke, las políticas identitarias y la dispersión en las redes sociales se está perdiendo la idea de unidad, de lo colectivo, de lo sagrado que debe revestir a las instituciones y una burocracia técnica que no cambie con el gobernante. Los consensos básicos, por momentos, parecen estar perdiéndose.
Lo anterior lleva al tema de las redes sociales, donde hay una sobre representación de los extremos. A los moderados le produce cansancio la pelea permanente, mientras el extremo no se amilana con nada y los extremos se fortalecen recíprocamente, porque tienen a sus enemigos hablando y vociferando, lo que alimenta a sus huestes para que también vociferen y se levanten.
En esa lógica, los que dicen “no estoy de acuerdo con ninguna de las dos partes”, no están dispuestos a hacer política. Ese es un peligro muy grande para la sociedad porque la gran diferencia entre los extremos y el medio es que los extremos son muy emocionales y generalmente utilizan el miedo y el odio, mientras que la gente más razonable tienen emociones profundas como la solidaridad, que aunque son muy importantes en la sociedad no movilizan tanto.