El Pensador
  • Inicio
  • Opinión
  • Actualidad
  • Cultura(s)
  • Mundo Académico
  • Línea Editorial
    • Suscríbete a ElPensador.io
    • Comunícate con nosotros
  • LEX | Avisos Legales de ElPensador.io
  • Librería ElPensador.io
Lectura: Los hijos del Banco
Compartir
Cambiar tamaño de fuenteAa
El PensadorEl Pensador
  • Inicio
  • Opinión
  • Actualidad
  • Cultura(s)
  • Mundo Académico
  • Línea Editorial
  • LEX | Avisos Legales de ElPensador.io
  • Librería ElPensador.io
  • Inicio
  • Opinión
  • Actualidad
  • Cultura(s)
  • Mundo Académico
  • Línea Editorial
    • Suscríbete a ElPensador.io
    • Comunícate con nosotros
  • LEX | Avisos Legales de ElPensador.io
  • Librería ElPensador.io
Síganos
El Pensador > Blog > Opinión > Los hijos del Banco
Opinión

Los hijos del Banco

Última actualización: 8 junio, 2024 2:38 pm
3 minutos de lectura
Compartir
banco
Compartir

Un viaje al banco que puede llegar a ser kafkiano es el relato que nos entrega el periodista Federico Gana. Todo por un préstamo.

Por Federico Gana.- La sucursal bancaria de mi barrio tiene tres escritorios y una funcionaria. Dos escritorios están generalmente vacíos. Ahorran personal, como en las cajas de los supermercados.

Hay un guardia no indiferente en absoluto. Funciona como empleado y tiene pistola. Su mirada incita a que los clientes pensemos que todos somos culpables de algo.

Yo huiría, pero fui a tramitar un préstamo.

El guardia me miró implacablemente, lo contrataron por su mirada penetrante.

Yo dije “Buenos Días”.

Él contestó “Dígame”.

Yo repetí “Buenos Días”.

“Dígame”, insistió.

“El siguiente”, dijo la funcionaria.

Ilusionado, avancé con los papeles listos. Pasarle el legajo fue un despojo, duele reunir afanosamente antecedentes tan personales y soltarlos repentinamente.

Es como entregar un hijo.

“Vuelva el lunes, los documentos van a la Central”, dijo la funcionaria.

Peor, el hijo se va lejos.

El lunes, el guardia seguía implacable. No descansa buscando deshonestidades. Cuando la funcionaria dijo “firme aquí”, supe que aprobaron el préstamo.

Se torna mecánico pagar cuotas, como madrugar apurado todas las mañanas. Nunca el cajero me dijo “usted por acá, de nuevo”, aunque sonara irónico. Pagué el préstamo, pero, cuando paso frente al Banco, me siento deudor todavía.

Algún tiempo después quise documentar otros pagos y no pude… por DICOM. Le debía… sesenta y seis pesos al mismo Banco, convertidos en $3.163, por intereses y gastos de cobranza.

Regresé. Vigilado por el ojo fulminante del guardia, redacté mi reclamo.

“El lunes”, dijo la funcionaria. El lunes regresé, el reclamo estaba ahí, intacto.

Fui a la Central. Son impersonales las oficinas centrales.

Primera reunión: Excusas y “esto se aclara hoy”. Pero seguí en DICOM. Segunda reunión: más excusas sin resultados.

Fui al SERNAC. Hoy tengo enmarcado el dictamen que multó al Banco.

¿Por qué seis pesos de deuda?

Es que el Banco se encariña con sus clientes, es una fórmula para no perderlos.

Como a un hijo.

 

ETIQUETADO:bancosdeuda
Comparte este artículo
Facebook Whatsapp Whatsapp LinkedIn Reddit Telegram Threads Correo electrónico Copiar link
Compartir
Artículo anterior lactancia Proteger la lactancia para proteger la infancia
Artículo siguiente parque san borja Parque San Borja: un ejemplo de pertenencia

Sergio Campos: «La soberanía popular no está representada en ninguna parte»

https://youtu.be/nxK-jlYvXmQ?si=Jde4BE5WxP3HUpnu

Daniel Urbina: Guerra Comercial «es una oportunidad de oro para China»

https://youtu.be/sbyTutTRww4?si=F3UHIE35kYGynfdO

También podría gustarte

Cultura(s)Opinión

Libros, compañeros de una toda una vida

16 minutos de lectura
electricidad tarifas
Opinión

Alza de tarifas eléctricas: “Honorable vergüenza”

5 minutos de lectura
Opinión

Harari y Amanpour: una lectura para nuestro mundo

12 minutos de lectura
Cartas al DirectorOpinión

Que no pague Moya

2 minutos de lectura
El Pensador
© El pensador io. Todos los derechos reservados, sitio web desarrollado por: Omninexo.
Welcome Back!

Sign in to your account

Username or Email Address
Password

¿Perdiste tu contraseña?