ElPensador.io.- Un instructivo orientado a “racionalizar” el uso de Equipos de Protección Personal (EPP) en el personal que atienden en los hospitales públicos incluye un procedimiento para la reutilización de mascarillas quirúrgicas y con filtro, batas, antiparras y escudos faciales, fue distribuido el pasado viernes entre los directivos de los recintos asistenciales, para sistematizar la acción de los funcionarios frente a las consultas por coronavirus.
De acuerdo con la Circular N°2 del subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga, titulada “Racionalización del Uso de Equipos de Protección Personal (EPP) en el contexto de la atención de pacientes durante la pandemia de COVID-19”, la atención de enfermos requiere del uso “correcto” de los implementos. “En ese sentido, es preciso identificar formas de racionalizar el uso de EPP sin disminuir el nivel de protección del personal de Salud”.
Así, “en aquellas áreas y servicios en los cuales no se realice atención clínica directa de pacientes (ventanillas de admisión, SOME, farmacia, entre otros similares), se implementarán medidas para proteger al personal, pero sin la necesidad de utilizar EPP. Por ejemplo: láminas de plástico tipo ventanillas, para proteger de la generación de gotitas al personal; entrega de pañuelos desechables u otros medios, a pacientes sintomáticos respiratorios para contener la emisión de gotitas”.
De acuerdo con la circular, en pacientes sospechosos o confirmados de COVID-19 se usará “higiene de manos, uso de delantal y guantes, protección ocular (escudo facial o antiparras) y mascarilla de tipo quirúrgica”.
Priorización de mascarillas especiales
Se hace alusión explícita a que “el uso de respiradores tipo N95 o equivalente (mascarillas especiales), en lugar de la mascarilla quirúrgica, será exclusivamente para la realización de procedimientos generadores de aerosoles con riesgo identificado (intubación traqueal, ventilación manual previo a la intubación traqueal, traqueostomía, ventilación mecánica no invasiva, aspiración abierta de secreciones en pacientes ventilados, broncoscopía), priorizándose para este propósito las unidades en las cuales se realizan estos procedimientos en mayor número (en general unidades de pacientes críticos)”. Lo mismo se señala en el caso de atenciones odontológicas.
Pero se hace la salvedad de que “si bien pudieran existir otros procedimientos sobre la vía aérea clasificables como de riesgo por analogía, a la fecha esto no se ha documentado, así como tampoco se han documentado que procedimientos sobre otros sistemas distintos al respiratorio (digestivo o urinario, por ejemplo) se asocien a mayor riesgo de infección durante la atención clínica”(sic). La explicación es evidente, dado que el COVID-19 es un virus nuevo cuyo comportamiento todavía no está claro y la ciencia a nivel mundial lleva pocos meses frente a este agente, de modo que protocolos nacionales o internacionales “documentados” es muy posible que no existan aún.
Reutilización
Luego, se establece un procedimiento para la reutilización del EPP, sin especificar alguna en particular, por lo que se asume que podría ser cualquiera de ellas: guantes, mascarillas quirúrgicas, mascarillas o respiradores N95, batas protectoras, antiparras o escudos faciales. La instrucción indica que debe haber personal que revise la integridad de los EPP. Si no presentan alteraciones (no especifica el tipo de alteración), pueden ser reprocesadas mediante desinfección previa.
“La persona que realizará la desinfección de estas piezas usará guantes impermeables, bata impermeable y escudo facial… el lugar donde realice la limpieza y desinfección será sólo destinado a este proceso”. Una vez que los EPP estén secos, “se inspeccionarán para asegurar su integridad y transparencia en las zonas que deben tenerlas… De no existir alteraciones, podrán distribuirse para su uso por el personal clínico”.