El caso está abierto ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el Estado de Chile tiene plazo hasta el 2 de junio para responder. El ex senador abogó por una investigación en 2006.
Equipo ElPensador.io.– Las denuncias contra el actual Fiscal Nacional, Jorge Abbott, por denegación de justicia y contra el abogado Davor Harasic por uso de documentación falsificada en un caso de salida ilegal de menores de edad en 1994, y que hoy están siendo investigadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, fueron motivo de alocuciones parlamentarias en 2006.
El entonces senador del PPD, Nelson Ávila, formuló una serie de oficios al Consejo de Defensa del Estado (CDE) y al Ministerio Público para pedir explicaciones sobre la negativa de esas instituciones de hacerse parte tanto de las querellas contra Harasic como siquiera de investigar la negativa a indagar que protagonizara Abbott en su calidad de fiscal regional en Valparaíso ante las evidencias presentadas por el denunciante, Michel Chamas.
Ávila, en conversación con ElPensador.io, recordó sus intentos de lograr una respuesta, los que lo llevaron incluso a hablar del tema en la sala del Senado.
“Yo recuerdo que Michel Chamas me pidió una entrevista. Se la concedí, y me explicó con detalles su caso. Me parecieron extraordinariamente sorprendentes, impactantes, todos los aspectos que éste involucraba. Le pedí por tanto la mayor cantidad de elementos de juicio y antecedentes para formarme una idea cabal del punto. Yo examiné minuciosamente todo lo que él tenía para sustentar su reclamación”.
¿Qué le parecieron los datos aportados?
“Me pareció inaudito que hasta ese momento, ninguna instancia haya acogido su reclamación y a lo menos hubiese recibido una respuesta mínimamente satisfactoria en cuanto a que se le diese alguna esperanza de analizarlo más en profundidad. Ni siquiera con los oficios que yo envié desde el Senado a diversas instancias se consiguió conmover a las autoridades competentes”.
¿Qué conclusión sacó ante ese silencio?
Estaba claro que en ese momento las diversas instituciones hicieron parte de un plan de silenciamiento de esta denuncia. No la acogió nadie y rebotaba en cada uno de los sitios a los que llegaba, sin mayor análisis. Creo que exclusivamente por la alarma que generaban algunos nombres involucrados. Y en ese aspecto, la labor de Davor Harasic fue particularmente minuciosa, porque se encargó de que todos los sitios a los que podía llegar esta denuncia quedasen completamente inmunes a todo lo que involucrase pretensión de justicia.
¿Cómo ve las posibilidades del caso ahora que se abrió en la CIDH?
La enorme presencia de ánimo que ha exhibido Michel Chamas a lo largo de todo este proceso, su extraordinaria constancia lo ha llevado a instancias internacionales donde puede ser analizado su caso. Eso me parece notable y ojalá culmine como debiera ser para que esto se convierta en una especie de lección para el Estado de Chile y un caso de estudio para todos aquellos que luchan por la transparencia de las instituciones del Estado.