Categorías: Mundo Académico

Neuroarquitectura, bienestar y neuroeducación

Por Uwe Rohwedder.- La neuroarquitectura es un área de la arquitectura que, a partir de datos y evidencias científicas, analiza de forma objetiva y sistemática cómo los espacios construidos modifican nuestras emociones y nuestras capacidades. Su objetivo es construir espacios que mejoren la productividad y lo más relevante, el bienestar de las personas.

Arquitectos importantes que, por sus experiencias e inmersiones en paisajes naturales con mucha claridad sin conectarlo directamente con nuestro cerebro, intuían que algo importante sucedía con la percepción y estímulos que un determinado espacio generaba. Es muy conocida la aplicación de neuroarquitectura en un edificio diseñado por Louis Kahn en 1965 para Jonas Salk. Es quien descubrió la vacuna contra la poliomielitis y fue determinante en ese diseño las experiencias que el arquitecto había tenido con edificios construidos en San Francisco de Asís, en que los espacios conformaban lugares únicos para la reflexión y el encuentro en silencio con la naturaleza. Describía de otro edifico que las dos estructuras simétricas separadas por un patio vacío donde un curso de agua marca el eje, así en su conciencia al diseñar en su propio proceso investigativo quería crear un lugar que favoreciera la creatividad evitando la monotonía seriada.

Si lo relacionamos con la educación ya sabemos que el diseño de los espacios educativos influye en el rendimiento de los estudiantes, para encontrar las claves del “tercer maestro” que potencien su creatividad y su concentración y todos acuerdan que aquello se consigue con amplitud visual, espacios abiertos que relacionen con paisajes naturales. En este tema, mucho por hacer porque es “normal” que los espacios construidos no están pensados para mejorar la vida de las personas, sino en atender distintos criterios entre funcionales y económicos que van desde la seguridad, la limpieza y el mantenimiento, todos importantes, pero no debemos dejar afuera aquel que justamente desarrolla al máximo nuestras emociones en forma positiva.

Cambios profundos, para construir una sociedad más feliz y justa depende en parte de nuestra arquitectura escolar, en la que no se relacionan los programas con los espacios para tener una experiencia espacial de aprendizaje.

Uwe Rohwedder es arquitecto y académico en la UCEN       

Alvaro Medina

Entradas recientes

Así mataron la presunción de inocencia

La manipulación de un sistema judicial con denuncias falsas revela la fragilidad de la presunción…

3 días hace

Marx y el sueño de la Tierra Prometida: una lectura secular del mesianismo

Aunque Marx rechazó la religión, su visión del comunismo como destino histórico guarda sorprendentes paralelos…

3 días hace

Los posibles escenarios que se abren con la prisión efectiva de Bolsonaro

La prisión de Bolsonaro marca un punto de inflexión en la política brasileña: entre el…

3 días hace

Mercado laboral al Debe

Bajo el peso de la inteligencia artificial, las reformas laborales y un crecimiento global lento,…

3 días hace

El corolario Trump

La imprevisibilidad de Trump como espectáculo político atraviesa fronteras y reconfigura la diplomacia de la…

3 días hace

Trabajadores condenan amenazas contra alcalde de San Bernardo

Los trabajadores de la salud de San Bernardo enviaron una declaración conjunta condenando las amenazas…

5 días hace