Agencias.- El diablo está vivo y trabajando horas extras en la Iglesia Católica Romana, afirmó el Papa Francisco, culpando al demonio de la crisis por abusos sexuales que ha golpeado a la Iglesia Católica.
La afirmación del Pontífice se siguió de una petición a todos los creyentes del mundo a que recen una oración especial durante todos los días de octubre, para salvar a la institución.
No es la primera vez que el jefe de la Iglesia Católica Romana señala una creencia real en el Diablo, pero es probablemente la primera en la que le responsabiliza de los males que sufre la institución, golpeada por agudos escándalos en Chile, Estados Unidos, Irlanda, Alemania, Australia y otros países, donde sacerdotes y obispos han sido acusados de abusos sexuales reiterados y de encubrimiento de esos delitos.
“La Iglesia debe ser salvada de los ataques del Maligno, del gran acusador y, al mismo tiempo, debe estar más atenta a sus culpas, a sus errores y a los abusos cometidos en el presente y en el pasado”, había dicho Francisco hace unos días, en una alocución.
La declaración del Papa se produce al poco tiempo de haber sido acusado por un cardenal que investigó los abusos en Estados Unidos, de haber estado al tanto de ellos y no haber hecho nada, pidiendo luego la renuncia del pontífice.
El Papa invocó al arcángel San Miguel, y pidió la intercesión de los fieles, para que oren durante este mes a quien derrotó a Lucifer.
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