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“Pasamos agosto”: celebrando la vida y la salud en San Bernardo

Un relato de compromiso de los funcionarios de la salud primaria de San Bernardo y los habitantes mayores a los que atienden.

Por ElPensador.io.- Algarabía, emoción, fusiones generacionales y confraternidad. Así se podría describir el ambiente que inundó, el pasado viernes 12 de septiembre, las instalaciones del Rotary Club de San Bernardo en una nueva edición de la ya tradicional actividad denominada “Pasamos agosto” del CESFAM Raúl Cuevas de la misma comuna, ocasión en que más de 400 personas —en gran parte adultos mayores— disfrutaron de la música, el canto y el baile en una convivencia llena de energías positivas.

La reina de la fiesta

Durante la celebración conversamos con quien muchos llaman “La reina de la fiesta”. Se trata de la kinesióloga del CESFAM Raúl Cuevas, Yovanna Herrera Leal, quien, vestida a la usanza del rock and roll de la década de 1950, entrega su testimonio sobre lo que vienen realizando desde hace bastante tiempo: “Soy la encargada de la sala de rehabilitación del centro, cuyo nombre oficial es R.B.C., Rehabilitación con Base Comunitaria. Llevo trabajando en el consultorio 17 años; cumpliré 18 en febrero, y sí, es verdad lo que dicen en torno a que esa sala es el corazón de lo que hacemos. Siento que tenemos un cariño inmenso por parte de la comunidad; nuestros mismos compañeros de labores siempre dicen que es un lugar lleno de energía, con muy buenas vibras.

Los pacientes que atendemos buscan, a veces más que la rehabilitación física, este acompañamiento desde lo humano y lo cálido. Efectivamente, el equipo entrega mucho más que la recuperación física: ofrece un espacio de escucha activa y de compartir. En los usuarios hay mucho dolor, no solo físico, también anímico. Uno escucha muchas historias y se da cuenta de que, quizá, como kinesióloga no podré solucionar todos sus problemas físicos, pero sí dejamos una huella importante en ellos por el cariño que se les entrega. Es una sala muy querida y reconocida por la comunidad.

Atendemos pacientes desde los 18 años en adelante; nuestro grupo más fuerte está entre los 50 y 60 años, y uno sabe que la rehabilitación va más allá de lo físico, por eso buscamos este tipo de instancias para festejar. Esto nació como una humorada: antes yo trabajaba sola en una sala de rehabilitación integral donde era la única profesional. Con el pasar de los años los programas del servicio fueron cambiando y se fueron incorporando más recursos; la sala pasó a llamarse R.B.C. y se integraron otros compañeros. Al principio estaba casi sola y un día, a la hora de almuerzo, dijimos ‘oye, podríamos hacer una actividad para nuestros pacientes’, y comenzó con puros talleres que se presentaban; duró dos horas y llegaron, quizás, 30 personas. Al año siguiente hubo cinco presentaciones con 40 personas; al cuarto año ya teníamos una carpa, cuyos recursos gestionamos nosotros mismos.

Hay que resaltar que esto implica mucha autogestión: no siempre contamos con el apoyo que quisiéramos porque, lamentablemente, muchas veces no hay recursos a nivel comunal para estas actividades, pero con el cariño de la gente y de los compañeros se hace un esfuerzo grande para que resulte. Y ahora, imagínate, ya es el segundo año que lo hacemos acá en el Rotary Club de San Bernardo, donde se da un ambiente mucho más cálido, lo que también implica un gasto de nuestra parte. Hoy justo hablaba con mi colega Gustavo Aguilar y decíamos: ‘¡ya esto es un festival de presentaciones!’, y todos los años los grupos musicales nos buscan, lo que ha hecho que organizarlo sea más fácil porque los grupos nos ofrecen participar. Los pacientes nos preguntan cuándo será la fecha del “Pasamos agosto”, cómo pueden participar y con qué pueden colaborar; nosotros les decimos que nada, que solo vengan a disfrutar de una mañana diferente. Nosotros como equipo plasmamos una energía y se la traspasamos a nuestros pacientes. Ojalá que esto siga; espero que cada año sea más bonito, con más participación e incluso con más aportes, porque es un sacrificio y uno desearía más colaboración; esto ya es un hito, no solo de la sala, sino también del CESFAM y de toda la comunidad.

Hay que celebrar la vida

Alejandra Reyes

También ataviada, perfecta y coloridamente, con atuendo rockandrollero, la directora subrogante del CESFAM Raúl Cuevas, Alejandra Reyes, se suma a los comentarios respecto a este festejo de “Pasamos agosto”: “Esta fue una iniciativa hace años de los propios funcionarios para celebrar a nuestros adultos mayores por haber pasado el mes de agosto; está hecha con mucho cariño. Partió sin recursos (ríe) y todavía se mantiene, pero con mucho empeño y ganas para celebrar a nuestra población, que es muy numerosa y tiene múltiples patologías. Es una forma de celebrarlos que comenzó en la sala de rehabilitación, que antes era muy pequeña. A medida que se ha ido sumando gente, todos han aportado el mismo cariño; ¡hay un carisma muy especial en esa sala! No se trata solo de la rehabilitación física integral de los pacientes, sino también de lo humano: la acogida, el compromiso y el amor que los trabajadores ponen en todo lo que hacen. Incluso es tan grato el clima en ese lugar que otros funcionarios van a compartir un rato de buena onda que impregna la sala”.

En alusión al compromiso de sus colegas, Alejandra Reyes indica: “De verdad, el perfil de quienes trabajan allí es muy singular; creo que somos privilegiados de hacerlo. Para financiar esta fiesta se realizan rifas, se venden desayunos, etc. Si bien tenemos apoyo desde la Corporación de Educación y Salud de la comuna, los funcionarios siempre prefieren darles a los usuarios un juguito más, galletitas, tortas y esas cosas”. Respecto a la época del año en que se concreta la actividad, la profesional agrega: “Nuestro peak de enfermedades respiratorias es todo el invierno, por lo que, además, coincide con el término de la Campaña de Invierno, y ¡qué mejor que celebrar con alegría y ganas de compartir!, porque a veces se nos olvida compartir y celebrar, y esto es disfrutar la vida”, señala Alejandra Reyes con entusiasmo y esperanza.

Prevención y promoción de la salud

Vladimir Urbina

Uno de los organizadores de la instancia, Vladimir Urbina, psicólogo y presidente de la Asociación de Funcionarios del Consultorio Raúl Cuevas, nos cuenta la historia de este atesorado evento: “Esta actividad la venimos desarrollando desde hace más de trece años, siempre con la activa participación de los usuarios y funcionarios a través de la sala de rehabilitación de nuestro centro. Ya se ha convertido en una tradición y, como se puede ver, es una instancia masiva en la que los usuarios despliegan sus dotes artísticas en grupos de baile; también están los talleres que se desarrollan en el CESFAM Raúl Cuevas, acciones de promoción de la salud, las huertas y los talleres de crochet. Todo esto está orientado a fortalecer y potenciar la prevención y la promoción de la salud. Estos talleres funcionan permanentemente con el apoyo de algún profesional. En este caso, por ejemplo, está el taller de huerto, donde yo soy el profesional de apoyo. De una u otra forma, nuestro centro se caracteriza por estar localizado en un sector antiguo de San Bernardo, donde la mayoría de la población son adultos mayores, que es nuestro segmento prioritario”.

La presencia del CESFAM en los territorios

Respecto a la organización de “Pasamos agosto”, Urbina precisa: “La actividad es organizada por la sala de rehabilitación y es ahí donde se centralizan las acciones. Tenemos profesionales de distintas especialidades; hay encargados, kinesiólogos y otros, estamos plagados de funcionarios que colaboran en diferentes ámbitos. Con ayuda económica, por ejemplo, se realizó una rifa para juntar fondos. Es decir, hay un aporte personal de cada uno de los funcionarios para impulsar estas actividades. La Corporación de Educación y Salud de la comuna facilita y promueve algunas cosas, pero en general el motor de la actividad es interno, con los trabajadores”.

Urbina explica, de manera didáctica, las funciones esenciales de los centros de salud familiar: “Los CESFAM se articulan en acciones de tratamiento, promoción y prevención de la salud. Estos últimos puntos son, por lo general, los que los centros no desarrollan ni fortalecen de la manera más correcta según las orientaciones técnicas. Casi toda la carga laboral recae en lo asistencial y los tratamientos, no tanto en la promoción, que es muy importante porque fortalece el capital social de los territorios. Este es un déficit que tienen muchos centros de salud, dado que la carga es asistencial. Si ves las agendas, las jornadas de trabajo están ocupadas con procesos de atención y diagnóstico. Hablamos de un problema de la Atención Primaria que es transversal y estructural. Se requieren muchos recursos para tener presencia en los territorios y este tipo de actividades es una forma de hacerlo. Nosotros hacemos ‘Pasamos agosto’ en el Rotary Club de San Bernardo mediante una alianza clave con ellos, porque no contamos con las condiciones físicas en nuestro CESFAM para acoger a todas las personas, pensando además que la mayoría son adultos mayores”.

Modelo de Atención Primaria y tejido social

Posteriormente, Vladimir Urbina apunta a los factores centrales que empujan el rol social de su trabajo: “El modelo de Atención Primaria tiene una mística, y esa mística que llevan los funcionarios y esa manera de trabajar con los usuarios, fortaleciendo sus organizaciones comunitarias —considerando que este aspecto es muy débil dentro de la atención primaria— se ha visto erosionada por la escasez de recursos. Esta es una comunidad y, por ejemplo, durante la pandemia sufrimos un golpe importante para los usuarios. Luego de esa crisis sanitaria se produjo una avalancha de pacientes descompensados y tuvimos que retomar el trabajo previo, el tejido que se genera entre la comunidad y el CESFAM, que es, en definitiva, la presencia del Estado en los territorios. Efectivamente, somos los únicos que estamos aquí de manera sistemática; no hay otros organismos como el Registro Civil u otros servicios. Es injusto instalar el supuesto de que somos una casta que ha abusado del sistema; no es así. A modo de ejemplo, en el tema de las licencias médicas irregulares, eso no alcanza ni al cuatro por ciento de los trabajadores; es una porción muy marginal de las dotaciones. El problema es que la forma en que las autoridades han abordado este tema ha impuesto una barrera en la relación entre los equipos de salud y la comunidad, y por eso hemos visto un aumento de agresiones contra los funcionarios, un problema que arrastramos desde hace tiempo. Las agresiones están relacionadas con la brecha entre la expectativa de atención que trae la persona y la respuesta a sus necesidades. El último periodo ha sido duro porque se ha generado un prejuicio importante sobre el trabajador, y este tipo de instancias como ‘Pasamos agosto’, que existían desde antes, sirven para fortalecer el reencuentro. Aquí se construye un relato que resalta aquello que nos une”, cierra el profesional.

Sin participación no hay salud

En los jardines del Rotary Club de San Bernardo y con música de fondo, conversamos sobre la relevancia e impacto anual de esta actividad con Óscar Martínez, representante del Consejo de Desarrollo Social de Salud del CESFAM, quien comenta: “Lo más gravitante es que esta fiesta es un logro de los funcionarios de la sala de recuperación, donde trabajan kinesiólogos y terapeutas ocupacionales. Para nosotros, los usuarios, lo más importante es realizar los procesos de recuperación de la salud de forma plena. La atención primaria que se brinda en el Consultorio Raúl Cuevas es la puerta de entrada al mejoramiento de la salud y a la prevención. Por tanto, todas estas actividades lúdicas buscan ser un elemento que da alegría, y la alegría te saca de la modorra de la enfermedad.

También quiero enfatizar la participación: sin participación no hay salud. Esto tiene varias facetas. Primero, acercarse al centro de salud; segundo, aceptar los procedimientos; tercero, tomar los medicamentos como fueron prescritos; y cuarto, participar en los controles. En lo particular, la gente que está en esta celebración ha participado directamente en la recuperación de la salud en talleres e instancias diversas; por ejemplo, aquí tenemos a la presidenta del huerto. La participación es muy relevante porque te hace sentir parte de la salud, integrado. El CESFAM Raúl Cuevas tiene 40.000 pacientes inscritos en FONASA; se atiende cerca del 50 por ciento, aproximadamente 20.000 personas al mes, que es mucho. Por tanto, en la medida en que la gente esté incorporada, integrada y participe activamente, lograremos mayor presencia ante las autoridades y a nivel general”.

La medicina es uno mismo

Magaly Adasme

Y precisamente, junto a Óscar Martínez, se acerca Magaly Adasme, la presidenta del huerto de este centro sanitario, para explicarnos los efectos positivos que provoca en los pacientes la salud complementaria que utiliza la naturaleza en el taller que ella encabeza: “Toda la gente que ha llegado al huerto por intermedio de los profesionales que los han derivado venía estresada o con algún dolor y se alivió. Por ejemplo, el pueblo originario mapuche nos ha ayudado mucho: hacemos guateros artesanales con semillas y hierbas, todo preparado con amor.

También elaboramos macerados para friegas con alcohol de romero, vodka, aguardiente e incluso whisky, pero con fines medicinales. Los dejamos reposar y, pasado un mes, se pueden usar como antiinflamatorios para dolores óseos, artritis, etc. Preparamos además guateritos para todo lo relacionado con la cabeza, hechos principalmente de romero y lavanda, para dolores de oídos, cuello, muelas y columna. Tenemos personas que practican masoterapia y todo esto nos permite ayudar a los usuarios como medicina complementaria. Después de estar en el huerto, las personas vuelven con otra mirada, felices, y muchas de las dolencias con que llegaron van disminuyendo”.

Testimonio de recuperación

Margarita Soto

Prueba de lo anterior lo constata Margarita Soto, quien cuenta su experiencia en el huerto: “Llegué al CESFAM por una crisis de angustia que, desde diciembre hasta marzo, me tenía muy mal. No sabía qué me pasaba; lloraba mucho hasta que descubrí la huertita, y desde marzo mi vida cambió totalmente. Ya no siento esa angustia inexplicable. Con las compañeras me divierto, las plantitas me gustan mucho y estoy infinitamente mejor de ánimo. En el CESFAM me atiendo con una psicóloga y noto el cambio: ahora me río mucho; antes lloraba todo el día. Un día fui al médico por mi hipertensión, el doctor me preguntó cómo estaba y exploté en llanto; ahí me derivaron al psicólogo. Me diagnosticaron una crisis de angustia, pero la huertita me cambió la vida. Y no tomo medicamentos; lo he logrado sola. La conversación con las chicas nos hace muy bien. Todos los miércoles voy al huertito desde las once de la mañana hasta la una de la tarde”, relata Margarita con emoción. Magaly añade: “Ella ha aprendido a hacer guateritos y así ha ido sanando su alma; como siempre digo, al final la medicina es uno mismo”.

Una llega a casa contenta

Casi al concluir “Pasamos agosto” nos encontramos con dos usuarias que, del brazo y sonriendo, comentaban lo bien que la habían pasado. La primera en compartir su sentir fue Vladimiri Aravena, de 70 años: “Fue una actividad muy bonita; este es mi segundo año asistiendo. Pertenezco al CESFAM Raúl Cuevas en La Casita en La Pradera. Todo esto ayuda mucho porque saca a uno de la rutina. Llevo tres años viniendo por mi artrosis de caderas; fui operada de ambas. Con el trabajo de los kinesiólogos, que también lo pasamos muy bien con ellos, los ejercicios nos vienen estupendo para nuestras dolencias. Esta celebración es muy bonita; hay que celebrar lo que va pasando, porque muchos adultos mayores no tienen la posibilidad de salir a disfrutar de este tipo de actividades”.

A su lado, y mostrando una amistad consolidada, Sonia Henríquez, de 67 años, comenta: “Yo también me atiendo en el CESFAM Raúl Cuevas por problemas de caderas; también fui operada de ambas, pero sigo participando en los talleres y en todas las instancias que se brindan. Lo pasamos muy bien; la atención de los funcionarios es excelente y muy humana. En casos como ‘Pasamos agosto’ lo disfrutamos porque no tenemos muchas salidas, y cuando volvemos llegamos a casa contentas”.

Confluencia generacional y motivación comunitaria

En la versión 2025 de “Pasamos agosto” participaron más de diez grupos artísticos, todos invitados previamente por la organización para presentarse de forma completamente gratuita. La motivación principal no fue solo darse a conocer o mostrar talentos; fue formar parte de una instancia de energías positivas, optimismo, jolgorio y una armónica confluencia de generaciones que no siempre se produce.

No es habitual —y resulta plenamente gratificante— ver a un grupo de adultos mayores cantar y bailar con fervor al son de bandas nacionales como Los Prisioneros o Los Bunkers, por citar solo dos ejemplos de la magia que se vivió en el Rotary Club de San Bernardo esa mañana del segundo viernes de septiembre. Los asistentes ya se están ilusionando con la edición del próximo año.

Alvaro Medina

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