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Pies forzados en Nuevo Pacto Social

Por José Orellana y Hernán García Moresco.- Como nunca antes, las franjas electorales, entendiéndoseles como síntesis: a.- del despliegue territorial, b.- programa de gobierno, c.- las contradicciones emocionales, d.- los vacíos y los excesos de propuestas; son un aspecto fundamental de la campaña de cualquier candidato/a, sobre todo en el aspecto simbólico que, como se indica desde el neuromarketing político, impactarían más o menos asertivamente en el (in)conciente de la ciudadanía, en función de una decisión electoral. En concreto cómo uno/a candidato/as conecta mejor con el sentimiento ciudadano y sobre todo popular, más cuando las redes sociales (RRSS) arrecian y juzgan muy rápidamente.

A las franjas se agregan los debates televisivos clásicos – como principal instrumento de conocimiento- como también los logrados en plataformas virtuales (territorio virtual), siendo cruciales para proyectar mensajes en unos/as electores/as volátiles en su definición. Franja y debates electorales son un continuum a siempre considerar, por estos días.

Dicho eso, cabe preguntarse, qué importancia tiene en la ciudadanía la contingente franja electoral presidencial. Partieron con una ventaja, aquellos, que vivieron el proceso de primarias en julio 2021, viéndose beneficiados, además, por la abstención de un sector (veto mediante). Ambos (Gabriel Boric y Sebastián Sichel) trascendieron a las fronteras de sus posibilidades electorales, ambos usaron ejes temáticos y semiótica que los particularizaron. Ambos eran los hijos no esperados, en sus respectivos sectores. Además, las encuestas tampoco, los vieron venir.

Uno ocupó un árbol del extremo sur de Chile (en la franja vigente), el otro usó su propia biografía (en la franja de primaria y en el presente). La encuesta del Consejo Nacional de Televisión (CNTV) indica que actualmente, producto de la franja: uno de cada cuatro personas, expresa que ha cambiado su voto, como efecto de verla.

Mientras ello ocurría, como observadores desde la vereda del frente, la coalición Unidad Constituyente, actual Nuevo Pacto Social, perdió importante tiempo de visibilización, lo que demostró e evidenció los contumaces errores de su dirigencia nacional (otrora Unidad Constituyente), exponiéndola completamente a una pírrica, aunque ineludible, consulta ciudadana del sector en agosto del 2021, la que por cierto no tuvo franja electoral.

Hoy, los comentarios no se esconden a causa de las performances desplegadas en estos primeros días de franja electoral desde las siete candidaturas presidenciales y sus listas congresales. En ese sentido, llama la atención la de Nuevo Pacto Social, pues avanzó en una arriesgada apuesta en escena, de momento que decide colocar en el centro, el sentir simbólico nacional desde el sufrimiento, la identidad y el sentido de urgencia de acometer una vez más a las estructurales brechas y asimetrías de todo tipo que debeló, primero, el estallido social y, después, la pandemia, mientras avanza a paso firme la Convención Constitucional. Coronó esta apuesta, el hecho que fue el único segmento de propaganda presidencial donde la presencia de la candidata Yasna Provoste, sólo se concreta en el lenguaje y las imágenes, sin ella aparecer, colocando al país en el centro, representado por el joven cantando a capela el himno nacional, homenajeando a las víctimas de coronavirus y sus familias en el país.

Por otra parte, lo realizado por Gabriel Boric, sobre un árbol, donde expresa: “Este es mi árbol favorito de Punta Arenas, y desde arriba se puede ver toda la ciudad y el estrecho de Magallanes. Me hace recordar lo que fuimos y pensar en lo que queremos ser”, se inscribiría en una continuidad de lo estrenado durante la primaria regulada por el SERVEL, colocando como eje el simbolismo del árbol. Es menester decir que luego el humorista Stefan Kramer completaría la frase, mostrando una hilarante imitación, con un rostro más lúdico del candidato. Por su parte, Sebastián Sichel, con mucho menos simbolismo, siguió avanzando en su continuidad argumentativa centrada en su autobiografía, sólo interrumpida por el desgaste de las suelas de sus zapatos, que, por fecha, no lo alcanzó abordar el humorista consignado. Veremos, si Kramer, quien contribuye al Marketing, nos sorprenderá con otra imitación.

Por ello, se destaca la arriesgada diferenciación (agregándosele en el presente la cercanía, empatía que busca con personas comunes del cotidiano o familiares. Recurso complejo para la diferenciación, ya que todos acuden a él), más cuando lo que encarna Nuevo Pacto Social (ex Unidad Constituyente más otras fuerzas), es una difícil combinación entre experiencia (con todo lo que involucra), con la urgencia de cambio social y futuro en proceso de aseguramiento de derechos sociales y crecimiento/desarrollo económico. Pues ahí circunda en el inconsciente colectivo el mensaje de “La Alegría Llegó”, como discurso no cumplido. Lo que, visto desde el presente, logra la parcialidad para mancillarlo, pero conversando con quienes fueron víctimas y luchadores contra la dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet, en ellos (o en una parte de ellos), existirá reconocimiento de un cambio, donde se pasó del oscuro miedo de la persecución, a la certidumbre de la libertad y la alegría que ello implicaba. La alegría, para aquellos días, no era un mejor sueldo, no era una jubilación o educación gratuita; era simplemente libertad para opinar, caminar, soñar y simplemente: vivir.

Desde el análisis, interesaría no engañarse, ya que Nuevo Pacto Social, encarnaría la continuidad de varias dimensiones que ayudaron a disminuir brechas y desigualdades, dejando aspectos no resueltos que se buscan alcanzar con la redacción de una nueva constitución. Pero se sabe que también, hubo gestiones como las de Michelle Bachelet, que avanzaron para resolver no pocos temas sociales, económicos y políticos, con las dificultades del periodo (no fueron pocas), inclusive dar pasos adelante respecto de la democratización del sistema político, aunque ahora, sea difícil reconocerlo (señalan otros y otras). Por esto, es que es un riesgo… pero, un interesante riesgo, la diferenciación.

Claramente se expresa por medio de las franjas, el sentir de las candidaturas y de las ideas de futuro que proyectan. El presidencialismo, lleva a ver en la franja a los/as candidatos/as como actores centrales de un relato (sobre todo los/as presidenciales). Lo anterior, impide ver sus equipos, impide ver en profundidad quiénes tendrían la responsabilidad -una vez electa la figura central- de ejecutar las políticas públicas que expresan como compromisos. Se proyectan en exceso, las virtudes de los/as candidatos/as, o estos/as mismos/as buscando por medio de diseños adecuados (marketing), mostrar bondades que no necesariamente están en esas candidaturas. Si ello se logra, buen trabajo de productoras y empresas de marketing, será.

El puntapié inicial de la candidatura de Nuevo Pacto Social en la Franja Electoral es pie forzado respecto de la empatía que busca con los/as chilenos/as a propósito del Estallido Social o, mejor dicho, con las geografías multitudinarias desplegadas a lo largo y ancho del país, que, además, se vienen expresando desde hace años. Es otro pie forzado respecto de la empatía con los/as mismos/as chilenos/as respecto de la pandemia y sus efectos (lamentables pérdidas humanas y pobreza), cuestión que develó las brechas y asimetrías estructurales del país. También es pie forzado desde lo identitario nacional, porque existen trascendidos desde la Convención Constitucional respecto de posiciones en torno a remirar la tradición colonial o elitista que ha delineado la costumbre, la cultura y la identidad de Chile (de paso, hay que reconocerlo, con ese acto, disputó un eje de la campaña de la Coalición Frente Social Cristiano, a propósito de los símbolos tradicionales nacionales de Chile). Es otro pie forzado, vía la imagen y actitud del joven que canta, el cual proyecta sentidos sociales, económicos, identitarios, políticos, populares transversales y mayoritarios de un Chile que se encuentra en proceso de cambios y expectantes de los mismos en el corto, mediano y largo plazo. Son pies forzados ¿necesarios?

Los resultados electorales serán un parámetro, pero pareciera son pies forzados en términos de apuestas de marketing que buscan la empatía de un electorado volátil y escaso (abstención)

Por otra parte, la franja congresal de Nuevo Pacto Social, encuentra un diseño, por lo menos en su primera fase, en las particularidades de cada partido político logrando una coherencia con la presidencial. La candidata Yasna Provoste se encuentra integrada en cada una de las coberturas de candidaturas, siendo el segmento con los candidatos al congreso del Partido Socialista de Chile uno de aquellos que logra mayor identidad poética, a propósito de todas las especulaciones que se han construido a lo largo de este proceso político electoral intenso. Estos pies forzados, sobre todo presidencial y el congresal, se estarían disponiendo, adecuadamente, por los riesgos que asume y por los diseños, que, pareciera, pudiesen detonar desde el neuromarketing político una épica y mística que ineludiblemente Nuevo Pacto Social tiene que detonar para disputar por sobre las candidaturas de Gabriel Boric, José Antonio Kast y Sebastián Sichel, prioritariamente.

Esto que se indica, muestra que las franjas electorales, son tanto épicas como intensas, en medio de la mística en que se envuelven las campañas, cuyo pie forzado podría ser expresado con la respuesta a: ¿están en el centro las necesidades de la población, lo que se observa en el territorio físico y virtual o son solo imágenes de suelas, árboles o banderas?

José Orellana es geógrafo, cientista político y doctor en Estudios Americanos. Hernán García Moresco es licenciado en Educación en Matemática y Computación, diplomado en Ciencias Políticas y Administración Pública.