Por Edgardo Riveros Marín – Chile ha implementado una política abierta al mundo, permitiendo diversificar su comercio exterior y proyectar una amplia política exterior. La visita del presidente Gabriel Boric a China se ha inscrito en ese escenario, como también las efectuadas por otros mandatarios chilenos al país asiático, incluidos Michelle Bachelet y Sebastián Piñera.
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De acuerdo a lo informado, se han posibilitado nuevas oportunidades bilaterales para las inversiones e intercambio en materias científica, de innovación, cultural y de comercio. En este último ámbito se fortalece la condición de China como primer socio comercial de Chile.
Mención especial merece la inversión del conglomerado chino Yongqing Technology en Mejillones por un monto de 230 millones de dólares, destinada a construir una fábrica productora de cátodos de litio que se usan en las baterías. Ello permite avizorar un valor agregado y mejor aprovechamiento de este metal.
Las relaciones bilaterales permiten el desarrollo de una agenda amplia que se estructura sobre la base de los intereses nacionales, esa ha sido la impronta con que se han desarrollado las otras visitas de nuestros gobernantes y la del propio presidente Xi Jinping a Chile en noviembre de 2016. Ello tiene lugar en los diálogos entre ambos jefes de estado como debe haber ocurrido en el sostenido en esta ocasión. Otros temas se abordan también en la esfera multilateral.
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